Un puente de agosto, con la ciudad en ocasiones impracticable para caminar en la zona centro, debería poner los dientes largos a aquellos que deben dar de cenar, beber y bailar a los coruñeses, y también a la generosa cantidad de turistas (la previsión para este mes era de un 90 por ciento de ocupación hotelera). Pero no siempre la imagen de las calles llenas implica directamente cajas a rebosar. Y si no que se lo pregunten a los empresarios, más escépticos que nunca a pesar de que se avecinan desde este jueves al menos cuatro jornadas festivas.
La cada vez más decidida apuesta de las comisiones y ayuntamientos del área metropolitana supone tradicionalmente una competencia importante, especialmente para el ocio nocturno. Las orquestas son a los pubs lo que las fiestas gastronómicas a los restaurantes. No obstante, para el presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería, Héctor Cañete, el problema es más profundo. “La competencia de las verbenas es cosa de todos los años, por lo que lo tomamos ya con normalidad”, dice. “Lo que pasa es que, por mucha gente que haya, no hay tanto gasto. Tenemos turistas que no gastan y a ver si ahora con la Batalla Naval mejoramos un poco, porque el verano ha sido un fracaso absoluto”, añade. De hecho, desde el punto de vista personal, el empresario cifra en “más baja” la facturación de su local de Riazor durante los días del Noroeste.
En una línea semejante, aunque siempre con el sustento de encontrarse en el epicentro de la fiesta, se manifiesta Alberto Boquete. El presidente de los hosteleros de La Marina también se refiere a esa contención en el gasto. “No me quejo, pero se nota menos alegría a la hora de gastar”, explica. “Hay mucha gente en la calle, pero con menos movimiento en los bares”, prosigue el también dueño de La Mansión 1783, que cuenta “trabajar bien” durante este puente.
Por su parte, y aunque durante las últimas semanas ha registrado varios llenos, la gerencia de una discoteca puntera de A Coruña cree que el ocio nocturno en verano tiene que mirar hacia otro modelo de negocio. “Los meses de verano deberíamos cerrar, porque la facturación es muy floja”, advierte. “Quienes se gastan todo su dinero en entradas y consumiciones en los festivales llegan a los pubs y las discotecas sin demasiado capital, y eso se nota en las cajas”, agrega. el empresario.
Además, y a pesar de que la ampliación de horario juega a favor de los pubs y las discotecas, muchas veces los clientes llegan sin dinero o después de haber consumido demasiado en el área metropolitana, conciertos o festivales de todo tipo. No obstante, y a pesar de ese sentimiento de pesimismo sobre lo que apunta a un verano complicado, todo parece indicar que estos cuatro días de apertura dejarán una de las mejores cajas en meses para la hostelería y, sobre todo, para el ocio nocturno.