El Ayuntamiento de A Coruña propone subir los decibelios en el ocio nocturno

El borrador que presentará para el nuevo marco legal plantea conectar los sonómetros a la Policía Local
El Ayuntamiento de A Coruña propone subir los decibelios en el ocio nocturno
El control de los sonómetros podría presentar un aspecto parecido a la sala de pantallas de la Policía Local | Quintana

El Ayuntamiento ha movido ficha, ha cumplido su compromiso y llegará a la tercera reunión de la mesa técnica de la hostelería y el ocio nocturno con su propia propuesta. Los protagonistas, entre los que se encuentran abogados, técnicos acústicos, arquitectos y agentes policiales, se verán las caras nuevamente este miércoles, a partir de las 10.00 horas, en María Pita. Si la primera ocasión fue prácticamente una toma de contacto y en la segunda hubo un intercambio de pareceres y una propuesta de adaptación al catálogo de la Xunta, esta vez será el área de Urbanismo la que, una vez escuchadas las partes, presente su propio borrador para intentar llegar a un punto de acuerdo y poder comenzar la redacción de la nueva normativa. Y la principal novedad será la flexibilidad a la hora de establecer el límite de decibelios para cada tipo de licencia.

 


Básicamente, desde el Gobierno local, convocante de la mesa de negociación primero y la técnica después, accederá a adaptar el catálogo de la Xunta en lo que se refiere al tipo de licencia y el límite acústico con el que trabajar en cada uno de los establecimientos. Cabe recordar que se trata de una de las demandas de los hosteleros, ya que la normativa coruñesa es mucho más restrictiva. En concreto, la horquilla acústica pasaría de estar entre los 75 y los 90 decibelios a otra de 80 a 100. Un incremento, por lo tanto, de entre 5 y 10 decibelios por tipo de local. Por ejemplo, una cafetería 1B podría alcanzar ahora los 80 decibelios, mientras que una discoteca alcanzaría los 100. Entre medias, un pub (licencias tipo II), podrá trabajar con hasta 90 decibelios. Todo ello, sin superar jamás el límite de los 25 decibelios de inmisión o, lo que es lo mismo, lo que recibe el vecino en su piso. 


Por lo tanto, si el Ayuntamiento propone adaptarse a la normativa de la Xunta de Galicia, con un límite sonoro más alto, evidentemente muchos tendrían que recurrir a un refuerzo de insonorización para el que se prevé que haya una partida de ayudas y subvenciones.

 

Preocupación

Uno de los puntos que más preocupan a muchos hosteleros tiene que ver con las futuras mediciones de sonido y el control de la Policía Local. De hecho, el borrador sugiere: “Para el control del nivel de ruido se propone estudiar la posibilidad, prevista en la ordenanza, de transmisión telemática de los limitadores de sonido de los locales (grupos I.B, II, III y IV) con los servicios técnicos municipales. Es decir, la Policía Local”.
De hecho, buena parte de las últimas sanciones tienen que ver con el debate acerca de los tipos de sonómetros y la función de estos. El temor pasa por la inversión que podría suponer renovar la homologación y el modelo en función de una nueva normativa. Por ejemplo, algunos de los modelos de la marca Cesva que han sido homologados por el Ayuntamiento supusieron un gasto de 3.500 euros a cada empresario. Es el caso del Bar Tracio, precintado por el Ayuntamiento por violación de la normativa acústica. Según la denuncia, el sonómetro no solamente debe cortar cuando se llega a cierto número de decibelios con la música. También debe hacerlo con el ruido ambiental. 

 


Los sonómetros son actualmente uno de los puntos más sensibles para los hosteleros y también la principal causa de sanciones, cierres y precintos de establecimientos.

 

Tipos de licencias

Por otra parte, la adaptación al catálogo de la Xunta también implicaría un cambio en los tipos de licencias, o más bien en cómo se distribuyen las actividades. Establece un grupo para “actividades de restauración”, lo que incluye bares, cafeterías, restaurantes y salones de banquetes, y otro conocido como “establecimientos de ocio y entretenimiento”: salas de fiesta, discotecas, pubs y cafés de espectáculo. “En un mismo local, salvo que cuente con espacios diferenciados, no se puede realizar una actividad de restauración y una de ocio”, sentencia. 


Por otra parte, el Ayuntamiento descarta en un principio la creación de un grupo 1C. Esa propuesta se puso sobre la mesa en las primeras reuniones para permitir a ciertos locales que así lo deseen, previa insonorización, alcanzar los 85 decibelios. “No se encuentra justificación para un nuevo grupo 1C. Serían actividades de restauración con instalaciones para la reproducción de música mediante medios propios de actividades de ocio y entretenimiento. Las condiciones de estos locales (inexistencia de doble puerta, ventanas y puertas abiertas, servicio en terraza…) permiten la propagación del sonido”, expresa a este respecto el Gobierno local. 

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