El robot del Chuac que permite a los lesionados medulares ‘ponerse de pie’

Solo hay seis mesas de verticalización en España y dos de ellas las tiene el Hospital de A Coruña, un sistema con tecnología avanzada que posibilita a los pacientes incorporarse hasta los 90 grados a los 16 días de la parálisis y que evita complicaciones frecuentes
El robot del Chuac que permite a los lesionados medulares ‘ponerse de pie’
Un paciente utiliza la mesa de verticalización en el Chuac bajo la supervisión de la fisioterapeuta Catalina Otero | Carlota Blanco

Solo 16 días después de producirse una lesión medular, el paciente ya puede incorporarse hasta los 90 grados. Lo hace gracias a un innovador dispositivo llamado plano de verticalización, una especie de “mesa” que recuerda a una camilla y que combina el movimiento robótico de las piernas con la electroestimulación. Solo hay seis aparatos de este tipo en España y dos los tiene el Chuac. 


Allí llevan estos dos dispositivos 18 meses en acción, un “lujo y un privilegio” que muy pocas unidades de Lesionados Medulares del país tienen, asegura la fisioterapeuta Catalina Otero, quien presentó los resultados de su aplicación la semana pasada en el Congreso Paraplexia 2025.

 

Movilización precoz 

Este aparato, cuyo nombre comercial es Erigo, lo utilizan aquellos pacientes “que no tienen control del tronco ni capacidad para transferirse de la silla de ruedas a la cama de forma autómata”. Su uso de forma tan temprana permite acelerar el proceso de rehabilitación “en una fase clave”. 


Ayuda a evitar las complicaciones frecuentes como la hipotensión ortostática, es decir, la caída de la tensión arterial con los cambios posturales. Antes teníamos unos síncopes que dejaban al paciente hasta con pérdidas de consciencia. Y eso, con este dispositivo, ya no lo estamos teniendo”, explica la fisioterapeuta de la unidad coruñesa.

 

Emoción compartida

Aunque no es el primer contacto que los pacientes tienen con la verticalización, pues esta empieza con “algo tan básico como incorporar el cabecero de la cama”, con este sistema pueden llegar a estar en posición vertical sin marearse y dar el salto "muy rápido" a la siguiente fase del tratamiento, el trabajo en colchonetas y la sedestación.


Otero puntualiza que hay muchos pacientes que utilizan este sistema que no llegan a ponerse de pie de forma autónoma, pero “verse verticalizados y poder mirarte a la cara de tú a tú sin esa perspectiva de la silla, les hace mucha ilusión. A veces nos dicen que sienten que van como a despegar”, cuenta la fisioterapeuta.


La especialista asegura que la emoción de ese momento no solo la vive el paciente, también los profesionales de la unidad. “Para nosotros, es una satisfacción disponer de estos medios. Esta tendencia que tenemos a la supraespecialización de todos los sanitarios es muy necesaria para trabajar en unidades tan específicas como esta, referente para toda Galicia”, recuerda. 


El uso de esta herramienta también permite optimizar al máximo los recursos de la unidad. “Mientras el robot le está moviendo las piernas, ya está con la electroestimulación y encima lo está verticalizando, yo estoy tratando a otro paciente. Al final, es un ahorro para el sistema”, afirma la fisioterapeuta.


A este equipo robotizado se suman otros adquiridos recientemente por el hospital, uno de movilización del miembro superior y otro de locomoción. Ambos disponen de un software que predetermina un patrón de movimiento mientras el paciente trabaja con videojuegos orientados por objetivos terapéuticos. “Es una responsabilidad para nosotros porque ningún fisio de Galicia trabaja así”, afirma Otero. 

El robot del Chuac que permite a los lesionados medulares ‘ponerse de pie’

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