A Coruña cuenta con varios sobrenombres en su haber, como ‘La ciudad en la que nadie es forastero’ a la que se ha sumado, en los últimos años, la de ‘La ciudad de Galicia en la que más se tarda en encontrar aparcamiento’, según un estudio de la consultora Inrix. Lo cierto es que el Gobierno de Inés Rey no apoya el uso del vehículo privado, de manera que trata de desincentivarlo, por lo menos en el centro de la ciudad. Por eso está creando aparcamientos disuasorios. Antes de que acabe el mandato, A Coruña contará con dos más, situados a la entrada de los polígonos comerciales de la ciudad: el de Pocomaco y el de A Grela.
En el primer caso, el número cinco de la carretera de Novo Mesoiro, se trata de un solar de más de 900 metros cuadrados situado bajo un paso elevado de la Tercera Ronda, que ya es utilizado tanto para el estacionamiento de turismos como de los camiones que transportan mercancías al turismo. En este caso, la inversión prevista resulta irrisoria: solo 10.000 euros. Esto quiere decir que se ha dotado al proyecto de una cifra simbólica para poder incluir en los presupuestos, pero que muy probablemente se incrementará la partida para poder realizar las obras de pavimentado necesarias.
En este espacio reducido puede que quepan menos de medio centenar de coches. Más grande será el previsto para el polígono de A Grela, que estará situado en la avenida de Finisterre y que cuenta con un presupuesto de 250.000 euros. El Ayuntamiento todavía no ha hecho pública su localización exacta, pero una de las más probables sería el solar que antiguamente ocupaban las viviendas de San José.
Por el momento solo hay dos infraestructuras de este tipo, en Lonzas y junto a la Fábrica de Armas
Estas viejas casas eran tristemente famosas por haberse convertido en un punto negro de tráfico de heroína durante años, hasta que fueron demolidas, en enero de 2022. Inés Rey había anunciado en septiembre del año anterior que se construiría un aparcamiento para dar servicio a los trabajadores de A Grela, cuando aceptó la cesión gratuita por parte de la Xunta de la finca que se encuentra en el número 38 de la calle de San José, una parcela de 486 metros cuadrados. Pero el espacio libre, y que desde la demolición ha permanecido vacío, tiene más de 2.700 metros cuadrados. Eso significa que podría acoger, como mínimo, a unos 55 vehículos
El primer aparcamiento disuasorio de su mandato lo inauguró en enero la alcaldesa frente a la pasarela peatonal que cruza la avenida de Alfonso Molina junto a la Ciudad de las TIC y consta de 55 plazas. A pesar de que se trata de un aparcamiento pequeño, como todos los que plantea construir el Ayuntamiento, es significativo porque se trata del primero que se había construido en la ciudad desde octubre de 2015, cuando se inauguró el de Lonzas, con 175 plazas.
Este último, hay que señalar, no fue obra del Ayuntamiento, sino de la Xunta. El Gobierno autonómico cuenta con desde junio de 2021 con un estudio que propone instalar tres aparcamientos disuasorios en la periferia coruñesa que pretendía construir aprovechando los fondos europeos Next Generation: uno en el apeadero de O Burgo, otro en O Temple y el tercero, frente al colegio de Santa María del Mar. Sin embargo, ninguno de estos se han hecho realidad todavía.
CIFRAS |
250.000 EUROS |
175 PLAZAS |
900 METROS |
Los aparcamientos disuasorios son un método para evitar que los vehículos entren en la ciudad, y atasquen las calles en horas punta buscando una plaza de estacionamiento (lo que los expertos denominan ‘tráfico de agitación’). Gran parte del tráfico que congestiona A Coruña no procede de la propia ciudad, sino del área metropolitana: la avenida de Alfonso Molina recibe una gran cantidad de tráfico, unos 120.000 vehículos que entran o salen diariamente, sobre todo de municipios como Oleiros (principalmente) y Arteixo.
Lo ideal es que los aparcamientos disuasorios se establezcan en los municipios limítrofes, junto a lugares como paradas de autobuses, andenes de tren de cercanías o intercambiadores de algún tipo. De esta manera, nunca llegarían a saturar el puente de A Pasaxe o Alfonso Molina. Por eso, expertos en movilidad consultados critican que se estén instalando estas infraestructuras tan cerca de la ciudad.
En realidad, estos nuevos estacionamientos están pensados para los trabajadores, como ya se había señalado la alcaldesa hace ya cuatro años. Los polígonos comerciales, incluso los que cuentan con parking, como el de A Grela, están saturados, y los trabajadores no pueden estacionar en el limitado espacio que dejan libre los accesos a las naves industriales y los puntos de carga y descarga. En ese sentido, suponen un avance.