En el interminable ir y venir que conlleva la vida diaria, los conductores dedican una parte no insignificante en dar vueltas y vueltas para encontrar un aparcamiento. Esta práctica, además de generar una considerable frustración entre los conductores, sobre todo cada vez que creen encontrar una plaza, pero es un vado o está ocupada por un coche sin carné, también supone una considerable pérdida de tiempo: 21 horas cada año, según los últimos estudios.
Estos han sido realizados por Inrix, una consultora internacional que se dedica a procesar esta clase de datos y elaborar un ranking. En el primer puesto de España, por supuesto, se encuentra Barcelona, seguida de Madrid y de Sevilla, lo que no puede sorprender a nadie. En las dos grandes metrópolis de España, los conductores pierden 41 y 40 horas al año, aproximadamente, mientras que en la ciudad del Guadalquivir son 27.
21 HORAS es lo que invierte un conductor de media al año en encontrar una plaza para estacionar
Pero A Coruña, con 21 horas, es la única gallega que figura entre los diez primeros de los puestos. Hay que llegar hasta el número 20 hasta encontrar otra, la de Pontevedra, con 17 horas. Hay que señalar que esta ciudad ha sido siempre considera como un ejemplo en lo que se refiere a políticas de peatonalización. Como estas políticas siempre se desarrollan a costa de eliminar aparcamiento, es lógico que Pontevedra sea una de las ciudades donde se tarde más en aparcar.
En el caso de A Coruña, hay que señalar que la situación se ha mantenido estable desde 2023, pero que en 2022 fue un punto de inflexión: el tiempo en encontrar aparcamiento se incrementó un 55%. Es decir, que pasó de diez a las actuales 21 horas anuales.
Los expertos en movilidad denominan ‘tráfico de agitación’ al que se produce cuando los conductores dan vueltas a la manzana a la caza de un hueco, por estrecho que sea, para estacionar su vehículo. Esto incrementa la densidad del tráfico y, al mismo tiempo, genera más contaminación.
De ahí que uno de los motivos de la instalación de la Zona de Bajas Emisiones fuera eliminar dicho tráfico en la zona de acceso restringido. Es decir, en La Marina y en la Ciudad Vieja. En el resto de la ciudad, si se toma como referencia el índice Inrix, ha empeorado en los últimos años.
A finales de diciembre, la concejala de Movilidad, Noemí Díaz, anunció que el Ayuntamiento pensaba crear una aplicación que contribuiría a reducir el problema manteniendo un conteo de las plazas libres. La idea era utilizar las cámaras con Inteligencia Artificial (IA) para detectar espacios vacíos. Sin embargo, la iniciativa quedó limitada a las plazas de movilidad reducida.