El nuevo marco de convivencia entre la hostelería y el ocio nocturno de A Coruña con los vecinos está más cerca que nunca, por mucho que las posturas entre ambas partes, con el Ayuntamiento de mediador, se encuentren todavía muy alejadas. Después de la segunda mesa técnica, celebrada en la mañana del viernes en María Pita, la directora de Urbanismo, Gloria de la Montaña, se comprometió a redactar un acuerdo marco tipo entre el 14 y el 25 de julio, en el que se tengan en cuenta los argumentos presentados por ambas partes y que también esté abierto a matizaciones. Será abierto a deliberación y recogiendo ambas postura.
Los protagonistas de la segunda reunión (la cuarta desde que Inés Rey convocó la mesa de negociación en marzo), fueron los mismos que el pasado 12 de junio. O casi. La nueva incorporación fue José Luis Macías, técnico de sonido presente a petición de la Asociación para la Defensa de la Hostelería. Además de una intervención en la que explicó qué es un decibelio, cómo se realiza la medición y los diferentes niveles, aportó un borrador de consideraciones para A Coruña, así como los ya aceptados como válidos en dos de las urbes más grandes de Galicia tras un estudio acústico y una propuesta normativa para ambas ciudades. Los hosteleros volvieron a incidir en la necesidad de adaptar ese nuevo marco legal al catálogo de la Xunta, así como a las ciudades que en base al mismo están a punto de aprobar una nueva normativa. En la primera reunión ya apostaron, en base a esos estudios y precedentes, la necesidad de establecer la horquilla de trabajo entre los 80 y los 100 decibelios. A pesar de los tres últimos cierres de los que informó El Ideal Gallego el marco fue en todo momento de cordialidad y voluntad de entendimiento. Según ha podido saber este diario, Policía Local, por su parte, ha tramitado decenas de expedientes sancionadores, más de 70, solamente en lo que va de 2025.
Por su parte, el arquitecto designado por una de las asociaciones vecinales de la zona centro, acudió a la mesa con una presentación interactiva de una medición de 75 decibelios en forma de conversación. En virtud de eso sugirió el cierre de las terrazas a las 22.00 horas y una normativa específica, pidió que los locales trabajen a puerta cerrada y estableció los 50 decibelios como límite soportable para un cliente en el interior de un local, 25 por debajo de lo que ahora los hosteleros consideran inviable. Además, consideran que el ocio nocturno debe empezar a trabajar a las 23.00 horas. El particular es refrendado por los vecinos consultados por este diario. A ese punto, la réplica fue el auge del tardeo y la cada vez más fina línea entre la hostelería tradicional y la noche.
En definitiva, las tres partes tratarán de poner de común acuerdo y por escrito el modelo de ciudad que todos desean. De la capacidad de entendimiento entre ellas depende que la nueva normativa entre en vigor antes o después.