La historia se encierra, en muchas ocasiones, en el interior de las piedras. Piedras que sirvieron para erigir edificios antiguos, que acabaron siendo ruinas que nos muestran el pasado o que esconden debajo restos de tiempos anteriores. En A Coruña, una ciudad donde la piedra y las canteras abundan por doquier, es natural que el material elegido para la mesa del salón de plenos sea precisamente ese. El lugar donde se sienta quien ostenta la Alcaldía y representa a los coruñeses está hecho con dos tipos de piedra muy especiales y con una característica común: ambos han sido extraídos del suelo de la ciudad.
La sala capitular del palacio municipal de María Pita fue inaugurada en septiembre de 1927 por los reyes, que entonces eran Alfonso XIII y Victoria Eugenia. El ajedrezado suelo de maderas nobles, la vidriera del techo o las tallas de los asientos de los concejales suelen deslumbrar a los visitantes más que la mesa presidencial, que no llama tanto la atención aunque también tiene su interés.
Está formada por tres cuerpos. A los lados, la piedra, pulimentada para tener aspecto de mármol, es de color gris y, en el centro, de un tono rosado. La de los laterales procede del lugar de Elviña y, la central, de la punta de la península donde se asienta la Torre de Hércules, “origen de la ciudad, buscando sin duda el efecto simbólico de mantener perenne la tradición”. Así lo explicaba el secretario general, Alejandro Rebollo, en una guía sobre el Ayuntamiento que se publicó en 1945.
No es habitual utilizar en las mesas materiales pétreos, ya sean rocas o minerales, a no ser que sean piezas de alto valor por su cromatismo o por su rareza. “Los materiales que se han incorporado a esta mesa son una excepción en una ciudad tan cosmopolita como la coruñesa”, asegura el geólogo Juan Ramón Vidal Romaní.
En este caso, en lugar de buscar materiales lujosos, especiales y diferentes, han utilizado las dos rocas mas abundantes de la zona, lo que las hace aún más emblemáticas, explica el experto: "Son la granodiorita de A Coruña y el leucogranito del monte de San Pedro o piedra de la península de la Torre".
La granodiorita de A Coruña, tiene una edad de 295 millones de años. Como su nombre propio indica, aflora en la ciudad. Según el geólogo, es de grano grueso, de tonalidades grisáceas cuando está fresca o rosada cuando está alterada. La otra piedra es un poco más joven que su compañera de mesa: ‘solo’ tiene 286 millones de años. Es de grano fino y aspecto blanquecino.
De lo que no hay duda es de que cada una de este tipo de rocas tiene sus propiedades específicas y que fueron utilizadas con toda la intención por el ebanista que armó el mueble. “El llamado granito de la Torre es la que tiene una textura mas homogénea y su facilidad de labrado la ha convertido en la piedra más versátil, para cualquier uso, de las que se encuentran en Coruña –analiza el geólogo–; por lo tanto, plenamente justificada en el diseño de la mesa”.
La granodiorita de A Coruña, es la piedra mas abundante, con mayor número de canteras locales y con un uso generalizado en todo tipo de construcciones. “Aunque menos ornamental que la otra, su mayor abundancia ha permitido seleccionar el elemento adecuado pues hay donde elegir en las canteras de todo el ámbito de la ciudad”, añade Vidal Romaní.
“Las pizarras –ejemplifica el geólogo– se formaron lejos de Galicia, en un entorno marino o submarino y fueron arrastradas hasta donde ahora están por las fuerzas geológicas, pero los granitos se formaron cuando Galicia, y por lo tanto A Coruña, ya estaba constituida, hace casi 300 millones de años”.
Cabría suponer en la elección de estos materiales también una cierta intencionalidad histórica, al reunir en María Pita dos puntos fundamentales de la vida de los coruñeses más antiguos. La piedra de la Torre proviene del lugar en donde se construyó el edificio más emblemático de A Coruña, hace dos mil años, y que “ha aportado muchas cosas a la historia de la ciudad, aunque fuera un elemento construido por los romanos”.
La piedra de Elviña procede también de otro entorno simbólico. “Aunque sabemos que hubo más castros en toda la ciudad, lo cierto es que solo se conserva en algunos casos, el topónimo, como pasa en Os Castros o en O Castrillón”, explica Vidal Romaní.
De esta forma, la mesa sobre la que se apoya el Gobierno local está construida con materiales plenamente coruñeses y que simbolizan de alguna manera la historia ‘humana’ de la ciudad. “Por tratarse de rocas graníticas, tanto la mesa de los plenos, como la misma ciudad, han utilizado materiales pétreos que son los primeros que se formaron geológicamente en Galicia –aclara el experto–; así que es, por lo tanto, una mesa construida con productos autóctonos, de la misma ciudad y con un origen gallego cien por cien”.