Unas 35.000 personas, según la estimación del Ayuntamiento, fueron partícipes de la experienica ‘Corteo’, el espectáculo del Circo del Sol que durante su representación en A Coruña cumplió 20 años. Sin embargo, los artistas de la compañía canadiense llevaron su magia mucho más allá y dejaron su sello, literalmente, a pie de calle. Dejan, además, un buen puñado de anécdotas y momentos para el recuerdo en el Penique, el pub irlandés de la cuesta de la Unión que convirtieron en su campamento base.
Según relata Isra Cubillo, propietario de El Antiguo, todo pareció guionizado durante la noche del pasado martes: “Nuestro amigo Carlos (Charly, dueño del Penique) tenía el bar tan bonito como pocas veces recuerdo. A la noche sólo le faltaba el Circo del Sol. Y llegó”. Ya lo habían hecho el domingo. Más de una decena de integrantes del más celebre espectáculo de acrobacias del mundo disfrutaron del ambiente único que brinda Penique: rock and roll, camaradería y cervezas de importación. “Son unos fenómenos, gente majísima”, dice Charly, que les dejó sumergirse en su colección de vinilos, hasta que dieron con uno de Manu Chao y ahí la parte argentina de la comitiva se vino arriba.
Y venirse arriba cuando se habla del Circo del Sol no es cualquier cosa. Una vez se habían mezclado la legión de habituales del pub con los acróbatas tocaba el triple mortal en forma de iniciativa: que se prestasen a hacer una demostración en plena calle, y también a ser fotografiados. Cubillo, además de empresario. relata historias con su cámara. Y la que estaba por suceder delante de él se convirtió en un momento tan mágico como el de las diez representaciones en el Coliseum. A pie de calle, en pleno Juan Flórez y como gesto de agradecimiento a la ciudad y sus bares.