Fue el lugar escogido por un grupo de jóvenes para instalarse de forma ilegal. El número 23 de la calle Noia, en Os Mallos, fue okupado en noviembre de 2020 tras el desalojo, días antes, de otro inmueble en la calle Doctor Fleming. Allí, recuerdan los vecinos, encontraron un refugio en este edificio viejo de dos plantas y que llevaba años vacío. No fue pacífico, y es que los residentes denunciaron en varias ocasiones tener miedo de estos jóvenes que amenazaban a los viandantes.
Ahora, casi cinco años después, el Ayuntamiento ha ganado una batalla legal contra la propiedad del edificio, que tendrá, si no se interpone recurso de apelación, quince días para rozar, retirar la maleza, limpiar y desratizar el número 23 de esta calle. Así lo recoge la sentencia del Juzgado Contencioso Administrativo número 3. El texto indica, además, que el propietario conocía la situación ilegal del inmueble desde noviembre de 2020. La sentencia llega tras recurrir la parte actora una resolución del Gobierno local mediante la cual, a través de un decreto, ordenaba la limpieza del inmueble en el plazo máximo de 15 días hábiles.
La propiedad cuestionó este plazo, al entender que le era imposible cumplirlo, y alegó que no existían razones de urgencia, “puesto que desde la inspección efectuada por la Administración el 5 de enero de 2023, hasta la incoación del expediente el 20 de octubre de 2023, han transcurrido más de diez meses”. Indicó, por otro lado, que no podía acceder al inmueble en ese plazo, ya que no tenía la posesión de la finca, por lo que puso el foco en la necesidad de desalojar a los ocupantes ilegales.
La sentencia recoge, en este sentido, que el propietario no presentó demanda de juicio verbal de desahucio hasta el 19 de junio de 2024, estando previsto el desalojo para el día 19 de marzo de 2025. Ahora, con esta sentencia, pese a que puede ser recurrida, Os Mallos cierra otro episodio de su etapa más oscura con varios inmuebles okupados.