Mariano Rajoy ha apelado este sábado a "normalizar" las visitas que el rey emérito Juan Carlos I realice a España
El Consejo de Transparencia y Buen Gobierno (CTBG) ha obligado al Ministerio del Interior a desvelar el coste del despliegue de seguridad durante la visita del Rey Emérito a Sanxenxo en mayo de 2022 tras estimar parcialmente una reclamación contra una resolución anterior del departamento que preside Fernando Grande-Marlaska negando esta información.
De coincidir en el funeral, sería la primera imagen juntos de Felipe VI y de su padre desde que hace dos años decidiera fijar su residencia permanente en Abu Dabi.
A ambas casas reales les unen lazos de sangre. Los padres de Felipe VI, Don Juan Carlos y Doña Sofía, son tataranietos de la reina Victoria de Inglaterra, como también lo es Isabel II y lo era su marido, el duque de Edimburgo.
El rey Juan Carlos ha comunicado a su hijo Felipe VI su deseo de considerar su regreso a España
El periódico del 29 de diciembre de 1996 destacaba en su primera página la boda de Mariano Rajoy, que venció a la gripe para casarse con 'Viri' y la cesión de la Federación ante las pretensiones del Deportivo.
El resultado del test se ha dado a conocer tres horas después de que el Palacio de la Zarzuela comunicara que don Juan Carlos se encontraba "bien", pero que iba a hacerse la prueba para conocer si estaba o no infectado.
El tenista y el rey emérito, a quienes les une una buena amistad, se hicieron una foto juntos sin mascarilla, en la que se ve a don Juan Carlos apoyado en un bastón.
La ministra afirma que hay que respetar la presunción de inocencia de Don Juan Carlos, pero también ha querido subrayar que "nadie está por encima de la Ley".
La regularización efectuada ante "las autoridades tributarias competentes" ya ha sido satisfecha e incluye intereses de demora y recargos, informa en un comunicado el abogado del rey emérito, Javier Sánchez-Junco.
Ni lo anulan los errores que ha cometido después en su conducta privada.Los representantes de los partidos que no han asistido a los actos celebrados en el Congreso en recuerdo de lo que fueron aquellas horas decisivas en la Historia de nuestro país lo único que han conseguido demostrar es la mezquindad política que en algunos de ellos es costumbre arraigada.Hablando de golpes de Estado o de procesos de sedición es obvio que los separatistas catalanes (ERC, Junts, PdeCat, la CUP) le han hecho el vació al rey Felipe VI porque no le perdonan su trascendental discurso del 3 de octubre de 2017 en el que defendió el mandato constitucional que obliga a todos por igual a someterse al imperio de la ley.En el caso del PNV, partido que juega siempre con doble baraja, quizá sus diputados no han querido asistir por temor a que alguno de los asistentes -o algún plumilla impertinente- evocara la chusca por escasamente heroica actuación que tuvo en aquella infausta jornada quien entonces era su “lehendakari”.Del resto de ausentes, diputados de partidos minoritarios que a duras penas asoman cabeza en las crónicas parlamentarias, es poco lo que se puede decir más allá del oportunismo de este tipo de plantes que sirven como quien dice para dar fe de vida.Quienes vivimos con zozobra y ansiedad las largas horas del secuestro del Congreso por los golpistas recordamos con nitidez el alivio que supuso la intervención televisiva del rey Juan Carlos.
El 23 de febrero de 1981 es una de esas fechas grabadas en la conciencia colectiva e individual y permanece para siempre en la historia del pueblo y en el recuerdo de los ciudadanos.Aquel día “pasó lo que pasó” en palabras de Iglesias Corral, y en algún momento de la larga y tensa tarde-noche se temió volver a otra “longa noite de pedra” de la que acabábamos de salir.