Son cada vez más espectaculares los números que definen la Festa da Fresa de Eirís, epicentro de la jornada festiva en el barrio y ya de manera incontestable uno de los eventos del verano. Los cifras hablan por sí solas: más de 350 kilos repartidos en 1.600 vasitos (cada uno con entre 10 y 15 unidades del fruto predilecto de la tierra de Eirís) y colas de horas para saborearlos. Resulta complicado poner un número a cuántos coruñeses pasaron por el centro logítico, aunque dado el volumen de la cola, el tiempo de espera y las raciones repartidas es evidente que se contaron por miles.
El personal del Gobierno local y el de la asociación de vecinos se encargaron de rellenar todos y cada uno de los vasitos. Una de las habituales que se lo pasa en grande es Diana Cabanas, concejala de Empleo, Comercio y Mercados. Ella fue la que entregó buena parte de los fresones. “Es increíble cómo cada vez me suenan más caras”, bromeaba.
A la cabeza de esa enorme hilera de pacientes vecinos estuvieron Fernando Mosquera I y III (abuelo y nieto), así como Lleira, June y Zandalee, todos ellos de la misma familia. “Están buenísimas”, confesaron a este redactor antes de ofrecer un par de fresones e ir corriendo a buscar sitio en el inmenso pulmón verde que supone el campo de Eirís. Porque parte del éxito de la fiesta es ese: el entorno para disfrutar de una tarde soleada. Al mismo tiempo que miles esperaban por sus fresas otros optaban por hacer cola por un helado, jugar al fútbol sobre el tapete verde o presenciar el Eirís-Relámpago en el campo anexo. La otra cara de la moneda, después de varios minutos zigzagueando entre personas de todas las edades, era la cola de la cola. Allí Fran y Claudia, primerizos en la Festa da Fresa, no se mostraban demasiado optimistas. “Son para la niña, pero no creemos que lleguemos. Andábamos paseando y nos dimos cuenta de esto”, confesaron.
No se acabó la jornada, aunque sí buena parte de las fuerzas de la organización, con el reparto masivo. La fiesta continuó hasta entrada la madrugada con la verbena a cargo de orquesta Metrópolis, una de las habituales.