A Coruña se despide de unos de sus mejores arroces. El restaurante O Fado, situado frente al Paseo Marítimo a la altura de la plaza de As Lagoas, echa el cierre tras 23 años deleitando a los herculinos con sus comidas. El motivo de su clausura es la jubilación de María del Carmen Abad Manteiga –‘Mary’ para sus numerosos amigos y clientes–, dueña de un establecimiento que abrió en 2002 con su socio José Mata Gudiño, que se hizo cargo de la cocina.
Mata, que se jubiló el pasado día de San Juan, fue en su momento jefe de cocina de otros dos restaurantes icónicos de la ciudad, El Coral y el Manolito. Decidieron abrir juntos su propio local y, “sin buscarlo”, se especializaron en arroces. “Cuando hicimos la carta pusimos arroz con lubrigante porque en el Manolito se vendía muy bien y Manu creyó que aquí también podría encajar. Enseguida nos conocieron por ellos”, explica. Hay todo tipo de arroces con pescado, si bien la estrella es el mariscado: “De cada diez que hacemos, ocho son mariscados”. Mary se quedó sola al frente cuando Manu decidió jubilarse, pero como ella también lo hará dentro de dos meses, el restaurante cerrará. Todavía no sabe fecha fija, si bien será entre el 31 de agosto y el 15 de septiembre. “Ni siquiera los caseros saben muy bien aún qué van a hacer: si siguen con otro local de hostelería lo traspasarían, si no, pues simplemente cerrarían”, explica.
En la actualidad trabajan cinco personas en O Fado. En el pasado llegaron a ser más: “Hemos tenido veranos de tener que dejar a 30 o 40 personas fuera todos los días”. Pensaron incluso en alquilar un local que tienen debajo para ampliar, pero aquella idea no cuajó. Ahora, tras cubrir el papeleo pertinente y servir los arroces que puedan en el próximo mes y medio, se despedirán de una clientela a la que consideran como de la familia: “Hemos hecho bautizos, cumpleaños y hasta bodas aquí. Son tantos recuerdos”. Unos clientes que les ayudaron a pasar el mal trago de la pandemia del covid, y que les acompañarán ahora hasta el final.