18º-25º
martes | 24 junio | 2025
El día más largo del año pasó, y la noche más mágica, también. A Coruña se despertó este martes, 24 de junio, resacosa tras una gran fiesta de San Juan y con tareas por delante mientras en el ambiente flota todavía el humo y el olor de parrillas, hogueras, sardinas o churrasco.
La primera, la que marca la tradición: lavarse la cara con el agua en el que reposó toda la noche el ramo de San Juan con sus siete hierbas, fiuncho (hinojo), hierba de San Juan, hierba luisa, helecho macho, romero, lamalva y codeso, para ahuyentar las meigas durante otros 365 días.
La siguiente la tuvieron los servicios de limpieza municipales en las playas. Pese a los llamamientos por parte del Ayuntamiento y a que se disponen herramientas para recoger la basura, como cada año los desperdicios poblaron los arenales, sobre todo en Riazor, Orzán y Matadero. El desalojo de los arenales al amanecer dio paso a las brigadas de limpieza, que fueron dejando listas las playas para poder ser usadas este martes festivo por quien quiera disfrutar de una jornada junto al mar.
En total, según fuentes municipales, la fiesta de San Juan reunió a más de 190.000 personas en A Coruña, que disfrutaron en las playas y en los barrios de la noche meiga en la que el fuego purificador ahuyentó los malos durante un año más. Sin embargo, lo que llamó la atención de las autoridades es que poco más de 120.000 participantes se reunieron en los arenales, mientras que las fiesta en los barrios acumularon cerca de 80.000.
A las cinco y media de la madrugada, cuando la fiesta iba a tocando a su fin, los Bomberos de A Coruña habían intervenido en 25 avisos, la mayoría de ellos de comprobación y revisión, con algún pequeño incendio provocado por hogueras que se descontrolaron y asistencias sanitarias. Así, durante la noche se desplazaron a calles como Fragas do Eume, San Jaime, la carretera de Mesoiro o la avenida de Pedro Barrié de la Maza.
Los primeros datos de los servicios de emergencias apuntan a que durante la noche de San Juan se congregaron más de 120.000 personas en los arenales y hubo unos 150 incidentes (35 menos que hace un año. Además, se registraron menos alcoholemias (a pesar de todo, hubo que atender a 33 personas por este motivo) y menos personas heridas al saltar las hogueras.
El incidente más grave fue la caída de un joven que se precipitó de una altura de tres metros cuando estaba sentado en una balaustrada a la altura del restaurante Gasthof. La víctima fue trasladada por una ambulancia de la Cruz Roja al Chuac. Se encuentra ingresado en Urgencias con una contusión pulmonar y su pronóstico es reservado.
Tanto la Policía Nacional como la Local tuvieron que atender a varias peleas que se produjeron por toda la ciudad, en las que el exceso de alcohol tuvo mucho que ver. La Policía Nacional realizó varias detenciones, todas ellas por atentado contra la autoridad, cuando algunos se resistieron al arresto.
La Policía Local tuvo que realizar también un arresto cuando intervinieron en una pelea, y por el mismo motivo (resistencia a la autoridad). Afortunadamente, en ninguno de estos casos salieron las armas blancas a relucir.
Según fuentes hospitalarias, en el Chuac tuvieron que atender pacientes por cortes y contusiones, alguna intoxicación etílica y quemaduras, pero leves. Unas 44 según fuentes municipales, se registraron en las hogueras.
En la Unidad de Quemados del Chuac ingresaron tres pacientes. Pero lo curioso es que dos lo fueron sin relación con las hogueras y provenían de fuera del área sanitaria, así que solo uno de los que participaron en la noche más mágica del año tuvo que ingresar al Chuac por quemadura.
