Reportaje | Un estadio que tardó más de diez años en ver la luz junto a la playa de Riazor

Reportaje | Un estadio que tardó más de diez años en ver la luz junto a la playa de Riazor
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Para levantar un estadio de deportes en La Coruña tendría que pasar mucho tiempo y muchos trabajos. Todo comienza en la sesión del 6 de junio de 1934 al objeto de solicitar el apoyo oficial y personal de llevar a efecto la construcción en esta capital de un estadio en el que se puedan desarrollar diversos deportes. 
Unos meses antes, el Ayuntamiento había enviado una comisión de concejales y un arquitecto a la ciudad de Oviedo a fin de estudiar la construcción de un estadio, al estilo del que en aquella capital existía. 
Para la corporación municipal no es desconocido que el único campo que existe en la ciudad, es el de Riazor, arrendado al Club Deportivo, y que este campo tiene que ser entregado inmediatamente a sus propietarios, para evitar que sea La Coruña la única ciudad que carezca de lugar para la celebración de festivales deportivos. Consideran un asunto de honor la construcción inmediata del referido estadio, con el objetivo de colocar a La Coruña, como capital de Galicia, en el lugar que le corresponde.
En la sesión del 9 de agosto de 1933 se estudia la viabilidad del proyecto, el cual es presentado por Julio Suárez Ferrín, regidor municipal. Incide en la importancia para la ciudad de contar con un gran estadio debido a la repercusión económico-social que supondría, además del fomento del deporte y la cultura física. 

Expropiaciones
Así, en sesión del 30 de diciembre de 1938 se aprueba el proyecto para la explanación de los terrenos del estadio-campo de deportes de Riazor, ubicado en la avenida de La Habana y cuyo presupuesto ascendía a algo más de 253 mil pesetas. Ocho meses después, en el pleno del 6 de septiembre de 1939, se da cuenta del precio de la expropiación de los terrenos. Existía un terreno que según la nota del Registro de la Propiedad decía: “Terreno destinado a labradío, en el que existen varios manantiales de agua, extramuros de esta ciudad, del cual se ha extraído tierra para el malecón del puerto, conservando algunos pedazos sin excavar a las orillas del camino de San Pedro, de poca importancia. Tiene de cabida 134 ferrados y 19 cuartillos, igual a cinco hectáreas, 98 áreas y 73 centiáreas. Linda al Norte, con terrenos de don José María Rey, Silvestre Rodríguez y muro de la huerta de don José Fernández; Sur, camino de San Pedro, Este, con el que va a San Roque, y por el Oeste, tierras de José Martínez y prado de Silvestre Martínez. En el terreno que se describe existen tres casas, números 6-7 y 8 que se incluyen en esta valoración.”
La mayor parte de los terrenos debían ser ocupados por el estadio y las calles de acceso, teniendo los expropiados una extensión de 58.346,80 metros cuadrados, quedando de la propiedad de los señores Babé 879,40 metros cuadrados. 
La valoración del Ayuntamiento no coincide con la de los particulares, aunque se llega a un acuerdo de las partes por mediación del Gobernador civil. Lo cierto es de desde este año hasta 1944, en que se finalizan las obras, aunque no del todo, pasarán muchas cosas y numerosas partidas cambiarán de valor al incrementarse el precio de la obra, de las 924 mil pesetas a más de un millón cien mil.
El estadio es arrendado al Real Club Deportivo de La Coruña el día 1 de septiembre de 1944, con diversas condiciones tanto de cesión del recinto a la municipalidad, como de los importes a pagar por el club encargado de su uso. En ese escenario se celebra unos meses después el partido inaugural de España y Portugal, el 6 de mayo de 1945. 
En la sesión del 19 de agosto de 1948, el Ayuntamiento da cuenta del reglamento que regirá para el estadio de Riazor, donde además se indican las tarifas para los espectáculos que allí se celebren, de modo que los partidos de fútbol de Primera División se pagarían a 2.000 pesetas, los de Segunda División a 1.500, los de Tercera, a 600 y los de categoría Regional, a 500 pesetas. 
Luego vendrían las ampliaciones, la primera de las cuales se aborda el 11 de noviembre de 1967, con un presupuesto de casi cinco millones de pesetas y una expropiación de terrenos de casi ocho mil metros cuadrados, cuya partida supone otros casi cuatro millones. 
Por último se tiene en cuenta el 15 de mayo de 1973, la segunda reforma para acoger a La Coruña como sede del Campeonato Mundial de Fútbol. De no llevarse a cabo quedaría fuera de esta competición, lo cual resultaría lamentable. De modo que el 20 de septiembre de 1979, el pleno aprueba los trabajos realizados por el arquitecto municipal, Antonio Desmonts Basilio, para el proyecto básico para las obras de reforma del estadio Municipal, estimando el costo en 325 millones de pesetas.

Reformas
Las obras, después de la apertura de los sobres licitadores, se adjudican a Dragados y Construcciones SA por 298.545.137 pesetas. Pero en la sesión plenaria del 8 de mayor de 1981 y como único punto del día, se acuerda aprobar el presupuesto refundido de las obras emprendidas en el proyecto de adecuación del estadio de Riazor, para la Copa Mundial de Fútbol en 402.239.212,57 pesetas, dando cuenta de esta resolución a la RCOE. de la Real Federación Española de Fútbol, así como al Banco de Crédito Local de España.
Resolviendo que las obras comprometidas en dicho presupuesto se ejecuten por la firma Dragados y Construcciones SA, adjudicataria inicialmente, esta se compromete a realizar la totalidad de las unidades de obra previstas en el mencionado presupuesto y en el plazo fijado inicialmente para su terminación, aceptando la renuncia a las posibles revisiones que por aplicación de los índices oficiales pudiera corresponderle.
Tras la celebración de dicho campeonato, el estadio Municipal quedó en la misma situación en que ahora se haya y es conveniente hacer una remodelación del mismo tanto en sus cubiertas como en el aspecto físico que hoy representa. 

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