Los mismos caminos complicados y a veces laberínticos que caracterizan al Barrio de las Flores pueden servir como metáfora o paradigma de lo complicado que resulta a veces entenderse, incluso entre quienes tienen por bandera la defensa de la zona en cuestión. Se trata de uno de los puntos de la ciudad en el que existen dos colectivos. Sin embargo, en este caso, la visión sobre la gestión resulta prácticamente antagónica. Por un lado, la Asociación Veciñal en Defensa del Barrio das Flores. Enfrente, la Plataforma Vecinal, que en este caso ha salido a la palestra para criticar la crítica, valga la redundancia, que desde la otra entidad se ha hecho de la obra de reforma de la red de saneamiento y la pérdida de plazas de aparcamiento. “Cada vez que se hace algo en el Barrio de las Flores, en vez de solicitar información, parece que se trata de difamar y protestar por las mejoras o posibles mejoras. Al final estamos tirando piedras sobre el tejado”, lamenta el secretario y tesorero de la Plataforma, David Pujades.
El representante vecinal enmarca los problemas de aparcamiento dentro de los contratiempos posibles en cualquier acción de mejora de un entorno. “Cuando cambias el baño de tu casa a lo mejor tienes que ir a bañarte a casa de tu madre”, recuerda. “Hablamos de una subvención que viene de Europa, y de una red que debería estar así por normativa desde hace muchos años”, agrega.
Pujades no elude y sí reconoce que el Barrio de las Flores tiene un problema grave de aparcamiento, pero desliza una solución que deja sobre la mesa para las instituciones: la creación de un espacio subterráneo. “El aparcamiento en el Barrio de las Flores es un problema que se comparte con el resto de la ciudad. Las viviendas es cierto que no tienen plazas propias, pero no es algo que se pueda arreglar. Habría que estudiar una solución a largo plazo. A lo mejor todo pasa por una alternativa subterránea que salga económica para los residentes”.
La red de saneamiento se trata solamente del último motivo de discrepancia entre la Asociación y la Plataforma. Por ejemplo, la primera se ha mostrado crítica con el plan director, algo inconcebible para sus homólogos y vecinos. “Consigue una subvención de casi diez millones de euros, ¿cómo vas a renunciar o ir en contra de unos documentos que costaron un dinero, que se llevan ejecutando dos legislaturas, y que empiezan a dar sus frutos?”, se pregunta David Pujades.
Finalmente, las obras de movilidad y el millón de euros en la mejora de la accesibilidad del barrio también provocaron una recogida de firmas que censura la Plataforma Vecinal. “No es por criticar a la otra asociación, pero muchas cosas por las que protestan no tienen muchos argumentos. Cuando se criticó el ascensor nadie se asesoró. Muchos vecinos preocupados, una vez les explicas sobre el sitio lo que va a ser, lo entienden”, dice el secretario y tesorero de la Plataforma. Al menos, respecto a las fiestas parece que sí hay cierto sentido de unanimidad entre los vecinos.