Mientras que la estación de tren está paralizada, y el aeropuerto de Alvedro funciona a duras penas gracias a su equipo electrógeno, la estación de autobuses funciona sin mayores problemas.
Aunque fueron muchos los usuarios que normalmente toman el tren los que se dirigieron a la estación de autobús para llegar a su destino, apenas se formaron colas. Los buses a Santiago, en contra de lo que pudiera parecer, tampoco viajaban repletos.
Esto indica que la mayor parte de viajeros decidieron regresar a sus casas y dejar para mañana sus desplazamientos, ante los trastornos causados por el gran apagón.