Santa is back (Santa está de vuelta). No se trata de un adelanto exagerado de la campaña navideña, sino más bien de una filosofía y una advertencia que desde hace dos años cuelga de las paredes de La Parrocha Dorada en San Cristina, donde ese concepto ha empezado a hacerse realidad. El local que tiró de la nostalgia y la retranca popular para retomar uno de los clásicos de finales del siglo XX abandera todo un revival de la zona que hoy mismo será aún más fuerte, gracias a la apertura, o mejor dicho la vuelta, del restaurante italiano Spaghetti.
Situado en el número 30 de la calle Humboldt, a escasos tres portales de La Parrocha Dorada y compartiendo espacio con la antigua Goldenfish, el nombre vuelve a sonar a los tiempos de Bambina, Chevalier o Brothers. Los que todavía recogían la banda del casete con boli Bic o pagaron sus cenas en pesetas tienen claro lo que significó en su día el establecimiento: comida transalpina de cuando una carbonara o una boloñesa eran el planazo especial cuando tocaba salir fuera. Ni viajar era tan sencillo ni la oferta en A Coruña y sus alrededores tan variada (Little Italy estaba aún en proceso de expansión).
Detrás de este viaje en el tiempo vuelve a estar Silver Roca, uno de los responsables del grupo 1318 e hijo del histórico empresario Manolo Roca, quien en su día ya se encargó de poner a ambos locales entre los preferidos por generaciones de coruñeses y oleirenses. “Mi padre está encantado, porque él fue uno de los pioneros y ahora ve cómo su hijo está al pie del cañón”, afirma Silver. “Me deja hacer libremente, pero siempre le pido consejo, porque es un empresario especial y sabe mucho”, añade. Acerca de lo que ofrecerá el nuevo Spaghetti de toda la vida adelanta: “Es un homenaje a lo que fue el Spaghetti: un restaurante italiano de corte clásico, con una buena carbonara o una boloñesa. Era un referente en toda la comarca y ahora ofreceremos una gran variedad de pizzas tradicionales, con unos buenos antipasti o una gran burrata. También hemos querido darle un toque mediterráneo”.
El interior del Spaghetti guarda una gran armonía con El Poniente (antigua Goldenfish): una fachada negra y dorada y un interior cuidado y sofisticado, a cargo de Roberto Pombo Concept, una empresa especializada de Santa Cruz. Se trata de un lavado de cara “elegante, atrevido y art decó” del que pudieron dar buena cuenta los allegados y creadores de contenido en el soft opening del pasado fin de semana. El feedback invita al optimismo de cara a la etapa que hoy comienza.
Después de la apuesta ganadora de La Parrocha Dorada (de la que Pepe Domingo Castaño pudo disfrutar pocos meses antes de fallecer en una visita a su amigo Manolo Roca), el Spaghetti será un punto y seguido en el retorno de la red de espacios que el empresario levantó hace décadas. El siguiente será el nuevo enfoque de Poniente. “En la parte de abajo vamos a aunar tragos y burgers, con una carta de coctelería muy chula (elaborada por Lecole), además de diez hamburguesas, cervezas o destilados. Abriremos de jueves a domingo y cerraremos lo más tarde que nos permita la licencia”, subraya. Además, habrá una zona de juegos con dardos, billar o un arcade.
El proceso de volver a poner a Santa Cristina en el mapa tiene que ver con la labor de los Roca a través de los años. Se trata de que sea para la hostelería lo que el aeropuerto de Oporto para los viajes internacionales: un complemento enriquecedor. “Para la gente que quiera salir de A Coruña, no hay otro lugar igual: ese enclave, un espacio para aparcar y una zona con asadores, restaurantes internacionales, desayunos y copas en apenas 500 metros”, recuerda el benjamín de la familia. “Queremos retomar esos años dorados de Santa Cristina y qué mejor que con estos locales”, finaliza uno de los encargados de cocinar la receta perfecta entre la nostalgia y la vanguardia.