Lleno absoluto en el retorno del Playa Club de A Coruña a su fórmula del éxito

Cientos de coruñeses volvieron a convertir el espacio del Paseo Marítimo en un templo de la música alternativa
Lleno absoluto en el retorno del Playa Club de A Coruña a su fórmula del éxito
La gerencia, encabezada por Héctor César Marcos (izquierda), en la cabina donde se pincharon clásicos del rock | Joaquín Abad

Si todo vuelve, hasta Oasis, era difícil no imaginarse de nuevo un Playa Club alternativo al estilo que lo hizo gigantesco a comienzos de siglo. Por mucho que durante unos meses fuese un ‘garito’ electrónico o que su protagonismo en la lista de preferencias de la movida coruñesa fuese decayendo con el paso de los años. Tal y como adelantó el Ideal Gallego, la gerencia que lo llevó a lo más alto en la primera década del siglo XXI ha conseguido volver a poner el local en el mapa, justo en la etapa de más oferta en mucho tiempo. La jornada inaugural no solamente registró un lleno absoluto, sino también una especie de sensación de alivio, de recuperar un espacio diferencial y que había dejado un enorme vacío para varias generaciones

 

 


Lo del Playa Club no se trata de saciar o dar cabida a un segmento de edad. Es la necesidad de volver a moverse en una pista de baile al ritmo de una línea de bajo, una batería y una guitarra. De abrazarse y saltar tarareando clásicos inmortales y adaptando los recién llegados con idéntico entusiasmo. Para muchos el Playa son los Arctic Monkeys. Para otros The Killers y algunos apuntan a Depeche Mode o Arcade Fire. Fue una de las conversaciones en el ropero nada más abrirse las puertas. Casi todos los temas que salieron en esa quiniela inicial acabaron sonando. Sin embargo, lo curioso es que buena parte de los clientes ni siquiera habían nacido cuando se editó ‘I just can´t get enough’ o el ‘Crystal’ de New Order

 

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La pista estaba a reventar | Más Galicia


También resultó la cita un punto de encuentro entre hosteleros. En cierto modo responde a una ley no escrita de la época dorada del Orzán: echar la verja y cerrar la fiesta en el Playa Club. Algunos apuraron el cierre esta vez para acudir lo que en muchos sentidos fue un reencuentro entre amigos. El espacio en sí ha variado entre muy poco y nada, y todo resulta absolutamente reconocible. Quizás a los puristas o menos habituales en los últimos años les choque encontrar una barra donde un día fueron los reyes de la tarima. Es lo de menos. La distribución, la música y la sensación transportan a algún punto entre 2000 y 2010, al Dépor de Champions y la procesión de gente por el Paseo Marítimo. Esa es quizás una de las diferencias: ahora, más pudientes, los jóvenes de entonces llegan casi todos en taxi o en el coche de algún amigo.


Fueron en total cinco horas, entre las 01.00 y las 06.00. Pasaron volando y a muchos el cierre les cogió todavía en plena tertulia de amigos. Desde anoche el horario se reducirá sensiblemente y, para convivir con el resto de negocios de hostelería y ocio nocturno, la apertura tendrá lugar entre las 03.00 y las 06.00 horas. Corto pero intenso. Como un buen temazo punk. 

Lleno absoluto en el retorno del Playa Club de A Coruña a su fórmula del éxito

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