La lección de A Coruña para el mundo en pleno apagón

La ciudad no sólo se convirtió en un maravilloso escenario de cine; también se reivindicó como un lugar seguro y lleno de ingenio
La lección de A Coruña para el mundo en pleno apagón
Paseo nocturno de dos personas por la zona centro | Quintana

Será un día para contar a los nietos. Del mismo modo que los que entonces ya eran adultos relatan una y otra vez cómo fue la nevada de aquel 14 de enero del 87, muchos de los que el lunes vivieron el gran apagón tendrán una recurrente batallita que contar a sus nietos. Y lo cierto es que en realidad habrá que decir: “Fuimos de lo más normal y no pasó nada que lamentar”. De hecho, lo extraordinario para muchos fue la intensificación de las relaciones sociales, volver a ver un cielo estrellado o la agudización del ingenio y la vuelta a los entretenimientos analógicos.

 

 


 

Incluso los móviles pasaron a ser herramientas, ya que la única función que durante horas cumplieron fue la de iluminar los caminos más oscuros, especialmente cuando empezó a caer el sol. Seguramente, y si ningún otro fallo de los gordos lo provoca, la estampa que ofrecieron el caso histórico y el centro de A Coruña son irrepetibles. Solamente las luces del puerto y los barcos dejaron entrever una Marina que se adivinaba también en el tránsito de curiosos y turistas. Algunos ya no tenían batería para inmortalizar el momento, con un cielo más estrellado que nunca y algunos claroscuros dignos de la mejor fotografía cinematográfica. En su mayoría los viandantes eran jóvenes, casi siempre en pandilla, y que improvisaban juegos de diverso tipo o les daba por crear algún susto sin malicia alguna.

 

 

Una victoria de la sociedad del bienestar que han creado los coruñeses fue la nula sensación de inseguridad que, entre las 22.00 y las 01.00 horas, acompañaba a un paseo en el que lo normal era chocar con el vecino de enfrente. Donde sí hubo una iluminación especial fue en San Andrés, pues un vecino que seguramente no tenía transistor en el hogar decidió bajar y pararse en pleno centro de A Coruña a escuchar las últimas novedades por la radio.
 

Entre los elementos escogidos para tener algo de luz y evitar sustos algunos parecían sacados del trastero y otros de una tienda de antigüedades. Tampoco faltaron los animales tecnológicos con sus lámparas más propias de Blade Runner. Al final, el lunes 28 de abril de 2025 ya es historia de A Coruña. Empezó para lo malo, pero también vale para poner en valor eso de vivir na Coruña y sus virtudes.

La lección de A Coruña para el mundo en pleno apagón

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