“Esta no es la Feria del Libro de siempre”, aseguró una mujer el pasado sábado cuando accedió al nuevo recinto al que se han trasladado los libreros este año debido a las obras de reurbanización de los Cantones (las casetas están ubicadas junto al palco de la música de los jardines de Méndez Núñez, cuando otros años se situaban en el Cantón Pequeño). El cambio despertó incertidumbre entre los afectados, que temían que la afluencia de público descendiese.
El balance final es mejor de lo esperado inicialmente. La Federación de Librarías de Galicia se muestra muy satisfecha. “A nova ubicación foi ben acollida polo público, a afluencia de lectores e lectoras foi moi similar á de anos anteriores”, indica.
Esta agrupación también señala que “o esforzo extraordinario realizado tanto pola directiva da Federación e a equipa de programación das feiras como polas propias librarías para ofrecer unha programación de charlas, actividades, presentacións e sinaturas atractivas foi clave para manter á comunidade lectora atenta, chegando incluso varias das actividades programadas a superar enormemente o aforo previsto”. Mientras, la Asociación de Librerías de A Coruña ha optado por esperar para hacer un balance.
En esta línea se manifiesta José Manuel Domínguez, de Formatos, que asegura que la feria fue “ben” e incluso utiliza el adjetivo “estupendo”. Relata que “cando se cambia, nunca hai certezas”, pero que en este caso la situación “non empeorou” tras la reubicación.
“A xente está máis relaxada e nos contaxia. Traballamos mellor. O tempo tamén axudou”, indica. Domínguez asegura que “ninguén está vendendo menos” y que los visitantes están “focalizados” en la feria, no como en la ubicación tradicional junto a los Cantones, donde había más gente de paso.
Para este librero, “esta é unha zona que deberíamos ter en conta” y añade que “oxalá poidamos seguir aquí” no futuro. Lo único que critica este profesional de Formatos es la forma en que se llevó a cabo el traslado, sin consultar a los afectados.
Juan Carlos Pérez, de Librería Arenas, se muestra más reticente sobre el cambio de ubicación. “Ha ido bien igualmente, pero la duda es si podría haber ido mejor en el sitio de siempre”, afirma. Además, advierte que a los “clientes, al principio”, les costó encontrar la ubicación.
Más satisfecho se muestra Xosé Duncán, de Bululú, que indica que las ventas fueron “moi superiores” respecto al año pasado. “A xente visita a feira, e vai más lenta e tranquila. Fan
un recorrido en zig zag. A conclusión é moi positiva”, explica.
Berta Costa, de A Gata Tola, concluye que la edición de este año de la Feria del Libro “no fue mal” pese a la nueva ubicación para las casetas, que en los primeros días descolocó a algunos clientes. “Al principio, era la incertidumbre por cambiar, que da un poco de miedo. Al final no hubo problema”, señala esta librera. A pocos metros se estrena este lunes el festival de Viñetas desde o Atlántico.