El castro de Elviña se convierte por un día en el epicentro de jóvenes detectives del pasado

Una quincena de niños de entre seis y doce años se dieron cita esta mañana en el yacimiento castrexo para disfrazarse de auténticos arqueólogos y descubrir las peculiaridades del asentamiento coruñés del siglo III antes de Cristo
El castro de Elviña se convierte por un día en el epicentro de jóvenes detectives del pasado
El taller comenzó con una breve visita a los asentamientos, en la parte más alta del castro de Elviña | Quintana

Los restos arqueológicos del castro de Elviña, como diría el mismísimo Indiana Jones, “deberían estar en un museo”. Por suerte para los coruñeses, el poblado fortificado castrexo del siglo III antes de Cristo sigue siendo uno de los referentes culturales a la hora de acoger visitas tanto de los propios herculinos como de miles de turistas cada año

 

Durante esta mañana, fueron una quincena los niños de entre seis y doce años los afortunados de visitar el yacimiento. Y no solo eso, sino que durante más de una hora, el castro se convirtió en el epicentro arqueológico de jóvenes detectives del pasado.


La actividad, coordinada por las guías culturales Aurora Paz y Nina Loureda, tenía el objetivo de poner en valor el trabajo de los arqueólogos a los participantes y, a través de experimentar con sus propias manos, que cada uno sea consciente de lo que tenemos. “Queremos que salgan con una sonrisa y que entiendan lo que es la arqueología y, de esta forma, aprendan a proteger y preservar el patrimonio cultural que tenemos”, aseguró Paz.

 

“Los niños son los primeros que van a absorber todo y cuando sean adultos darle ese valor. Cuando haces las cosas con las manos entiendes el proceso”, dijo Paz


De hecho, no hubo que esperar mucho para que la sabiduría de los más pequeños brillase al inicio de la actividad. Y es que, aunque no portasen látigo ni sombrero fedora como el gran Jones, los jóvenes respondieron con acierto las preguntas de las coordinadoras acerca de arqueología y, sobre todo, de la cultura castrexa, antes de poner rumbo a la parte más alta del castro para observar de cerca las estructuras más peculiares del poblado previo a la llegada de los romanos a la urbe herculina.


Arqueología experimental


Según las guías culturales, la arqueología experimental es la rama ‘clave’ para que, sobre todo los menores, puedan aprender experimentando: “Los niños son los primeros que van a absorber todo y cuando sean adultos darle ese valor. Cuando haces las cosas con tus manos, no solo entiendes el proceso, sino que fomentas la creatividad”, dijo Paz.


Precisamente la tarea principal del taller se encarga de involucrar de lleno esta disciplina. Y es que, una vez que los niños finalizaron una visita que entusiasmó a todos los presentes, pasaron a la zona baja –allí comenzó la visita–, donde les esperaban cuatro cajas llenas de arena, con varios cubos y pinceles para iniciar, seguramente antes de lo que sus padres imaginaban, su carrera arqueológica. 

 

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Varios niños excavan para encontrar materiales castrexos | Quintana


Tras varios minutos excavando, los niños tenían la misión de averiguar, a través de los objetos encontrados, a qué ubicación pertenecían dichos utensilios. “Si hay moldes, crisol y elementos de fundición será un taller metalúrgico, si hay cosas para cocinar o juguetes para niños será un lugar doméstico y así, sucesivamente”, aseguraron las coordinadoras.


Con mucha ilusión por encontrar los diferentes materiales y con la imaginación puesta en un escenario similar al de Asterix y Obelix, los más jóvenes lograron averiguar a qué sitio pertenecían dichos objetos y, de esta forma, saber un poco más de cuándo, cómo y quién vivía en el castro.

 

 


 

El castro de Elviña se convierte por un día en el epicentro de jóvenes detectives del pasado

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