Georg Ratzinger reconoce ahora que sí que estuvo presente en una reunión del obispado de Múnich y Freising en enero de 1980 en la que se trató el traslado de un sacerdote acusado de abusos a menores, según informó hoy la Agencia Católica de Noticias (KNA).
El informe fue presentado por un despacho de abogados de Múnich tras el encargo del arzobispado de esa ciudad del sur de Alemania y sus autores declararon que las más de 1.700 páginas que documentan casos sucedidos entre los años 1945 y 2019 son un "relato del horror".
A través de su secretario personal, el papa emérito negó haber tenido conocimiento del historial del sacerdote H., "por lo que no contravino su obligación de informar a Roma".