Mentir en los currículos

Era lo que nos faltaba. No contentos con complicarnos la vida, algunos políticos han decidido meter más madera en la caldera para avergonzarnos a todos y para ello no se les ocurrió mejor cosa que falsear sus titulaciones o inventárselas si no las tienen. Una idiotez de libro en un mundo globalizado en el que localizar los títulos universitarios de cada uno está al alcance de un teclado de ordenador.


Más allá del infantilismo que demuestran y el ridículo que hacen, ¿qué razón puede haber detrás de estas mentiras absurdas? En mi opinión todo tiene su base en el bajo nivel de nuestra clase política. Llegan a la cosa pública sin una carrera profesional contrastada, sin ninguna experiencia profesional que acredite su trayectoria, todo su esfuerzo se centra en medrar dentro del partido y eso lo consiguen inventando titulaciones para el que hace las listas electorales diga: “Vamos a meter a este o a esta que tiene cuatro carreras y cinco masters” y a partir de ahí a crecer en el Parlamento o donde haga falta.


Hace algunos años, no tantos, los partidos fichaban a personas con un pasado profesional contrastado, abogados del estado, ingenieros, catedráticos o fontaneros cuya trayectoria es impecable. Ahora no, los políticos actuales tienen más tatuajes que títulos universitarios y con muy poca vergüenza presumen de lo que no tienen. Lo peor es que toda la culpa no es de los mentirosos, los partidos que los ponen en sus listas y los seleccionan demuestran muy poca profesionalidad porque, que menos, que contrastar los méritos que dicen tener los buscadores de vida que se refugian en la política para mejorar sus vidas despreciando a todos los ciudadanos a los que toman por idiotas e intentan engañar.


Mal ejemplo el que dan y, sobre todo, ¿qué persona seria se va a meter en política con estos antecedentes? Poner un pie en la política actual es desprestigiarse, ponerse bajo sospecha y perder todo el respeto de la ciudadanía. Se han parado a pensar ustedes ¿qué podría hacer aquella persona que empieza en política mintiendo en su propio currículo? Pues ahí tienen a los Koldos, los Ábalos, los Cerdán o las Noelias de turno, pero ahora ya no son casos aislados, una turba de mentirosos están siendo descubiertos por los medios de comunicación y, aun descubiertos, muestran la poca vergüenza de no dimitir, ahí está la delegada del gobierno en Valencia y un montón de diputados y diputadas nada fiables y nada ejemplares.


Mientras unos se buscan la vida de camareros con el título de abogado bajo el brazo, los mentirosos son premiados y elevados a los altares. El colmo lo superan cuando denostan el valor de los estudios universitarios diciendo que los títulos “no son importantes”. No lo son para los que no los tienen, pero los que hemos estado cinco años en la universidad sabemos bien los esfuerzos personales y familiares que hubo que realizar para cursar nuestros estudios. Qué pena de política y de políticos, pero tranquilos todos, porque, como saben, en España, pase lo que pase, nunca pasa nada. ¡País! Que diría Forges.

Mentir en los currículos

Te puede interesar