Las partes en Sudán acuerdan una nueva tregua, supervisada por Arabia Saudí y Estados Unidos

Las partes en Sudán acuerdan una nueva tregua, supervisada por Arabia Saudí y Estados Unidos
Un grupo de refugiados sudaneses cruzan el Nilo tras abandonar su país | Aec

 El Ejército y los paramilitares de Sudán acordaron en la ciudad saudí de Yeda un alto el fuego de siete días para asegurar el flujo de ayuda humanitaria, que será supervisado por los mediadores, Arabia Saudí y Estados Unidos (EEUU), por primera vez desde el inicio del conflicto, el 15 de abril.


La tregua, alcanzada por el Ejército sudanés y las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) tras semanas de diálogo indirecto en Yeda, entrará en vigor a las 21.45 hora local saudí de hoy (18.45 GMT), “cubrirá todo Sudán” y “puede ser prorrogada tras acuerdo de las dos partes” en conflicto.


Las partes “facilitarán la llegada y la distribución de la ayuda humanitaria” y actuarán para “restaurar los servicios básicos y retirar a las fuerzas de los hospitales y las viviendas” de los civiles, según un comunicado conjunto saudí-estadounidense.

 

Tregua supervisada


Subrayó que ambos bandos “acordaron facilitar el acceso y el paso seguro de la ayuda y del personal humanitario desde los puertos a los necesitados” para afrontar las consecuencias de los combates que causaron la muerte de más de 700 civiles y heridas a otros más de 5.000, además del desplazamiento de más de 1,1 millones de personas, según la ONU.


Esa será la primera tregua de siete días en Sudán después de la que finalizó el 11 de mayo, mediada por Sudán del Sur, y que –como las numerosas anteriores– no fue respetada por las partes, entre acusaciones mutuas de ocupar y utilizar viviendas e instalaciones civiles para fines militares.


El nuevo acuerdo destaca la creación, por primera vez, de una “Comisión de Supervisión y Coordinación”, que integrarán tres representantes de Arabia Saudí, otros tres de EEUU y tres de cada una de las partes en conflicto, para monitorear el cumplimiento del Ejército y las FAR del cese de hostilidades.


Durante los siete días, las partes garantizarán que “las Fuerzas bajo su control cesen y desistan de los actos prohibidos” que puedan constituir una “violación de la ley internacional de derechos humanos y del Derecho Internacional Humanitario”, subraya el texto del acuerdo. 


Se comprometen, asimismo, a “cesar los ataques y hostilidades, incluidos los de francotiradores, ataques aéreos y uso de aviones militares, drones o cualquier arma pesada”, así como evitar “el refuerzo de sus defensas” o “reabastecerse, distribuir armas o suministros militares, incluso de fuentes extranjeras”, añade.


El entendimiento prohíbe, además, “ocupar hospitales e instalaciones de infraestructura básica” como las de agua, electricidad y combustible, o “usar a los civiles como escudos humanos”.

 

Calma tensa


Tanto el Ejército, que aseguró ayer que lo acordado en Yeda “solo cubre perfiles militares y técnicos, y no políticos”, como las FAR aseguraron que respetarán el nuevo alto el fuego, si bien no cumplieron las treguas anunciadas desde el inicio de los combates.


Jartum, donde se concentra la mayor parte de los enfrentamientos, amaneció ayer en medio de una calma tensa, y residentes dijeron que no se oyeron bombardeos y explosiones como las de las últimas cinco semanas.


“Los civiles necesitamos esa tregua para respirar”, dijo Mohamed Omran, un abogado residente en Jartum, aunque manifestó sus dudas de que las partes cumplan con el nuevo acuerdo.


Por su parte, Ali Alzafer, contable, fue más optimista al subrayar que “esta vez la tregua será monitoreada”.


El acuerdo de Yeda fue celebrado como “otro paso” hacia el fin del conflicto por la alianza de partidos opositores civiles de Sudán Fuerzas de la Libertad y el Cambio, que antes del 15 de abril, negociaban con los militares la transición democrática tras el golpe de Estado militar de octubre de 2021. La Liga Árabe, integrada por 22 Estados, también recibió el acuerdo con beneplácito. 

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