La travesía de Oseiro va a cambiar. El Ayuntamiento de Arteixo ha puesto en marcha un proyecto para transformar esta calle larga y con mucho tránsito en un espacio más “cómodo y accesible”. Eso sí, será por fases, ya que la vía tiene 1,3 kilómetros de longitud y se busca no colapsar el tráfico con las obras.
La primera fase ya está en marcha, aunque en una etapa muy inicial. Actualmente se está trabajando en el proyecto de las obras, que abarcará unos 400 metros desde la rotonda de Sabón hasta el cruce con la calle de las Viñas de Abaixo. La inversión prevista ronda los 600.000 euros.
Las mejoras que se plantean se centran en esta primera fase en construir aceras a ambos lados de la travesía, haciéndolas más anchas y accesibles, y la renovación de la rotonda pintada junto al centro social de Froxel.
Esta actuación busca que la travesía de Oseiro deje de ser solo una carretera y se convierta en una calle donde sea más fácil moverse a pie o en bici y donde vivir sea más cómodo para los más de 2.000 vecinos que residen en ella o en las calles cercanas.
Hoy por hoy, la travesía de Oseiro es una vía muy fragmentada, “dominada por el tráfico”, pero que atraviesa zonas que ya son bastante accesibles. El objetivo es unir todo eso en un eje “continuo y funcional”, siguiendo las pautas europeas sobre cómo deben ser las ciudades.
En concreto, esta humanización sigue los criterios indicados en la Carta de Leipzig sobre Ciudades Europeas Sostenibles, “con la creación de espacios públicos de alta calidad y diseñados para la mejora de las condiciones de vida de la población urbana”.
Estas obras se unen a otras en la misma línea que se llevarán a cabo en el municipio, como la reforma de la travesía de Arteixo o el proyecto que recibió hace poco el respaldo de la Xunta y que permitirá la creación de una vía entre la avenida de Baldomero González y el Camiño da Baiuca.