Alianza padre-hija para romper moldes (y platos) en Arteixo

Luis y Andrea Espiñeira regentan uno de los negocios más exitosos del municipio, Pratos Rotos
Alianza padre-hija para romper moldes (y platos) en Arteixo
Andrea y Luis Espiñeira | PEDRO PUIG

Luis Espiñeira y su hija Andrea regentan uno de los negocios más exitosos de Arteixo, la tienda de menaje y material para hostelería Pratos Rotos, nacida en 2009 y que en 2022 se movió desde el paseo del Balneario hasta la travesía de Arteixo para abrir la mayor exposición de estos productos en la provincia y una de las mayores de Galicia. La alianza padre-hija –“tenemos un carácter parecido, aunque yo soy más intensa”, dice Andrea– ha servido para que Luis traslade a su única heredera los secretos de un sector en el que trabaja desde hace 46 años.


“Llevo toda la vida vendiendo platos”, señala el empresario, que con 14 años comenzó como chico de los recados en Torres & Sáez, su escuela, y más tarde fundó junto a un socio CocinArte, que duró diez años. Después llegó su buque insignia: “Empezamos en el paseo del Balneario, pero cuando aquello se quedó pequeño, como estábamos de alquiler, hablé con Andrea del futuro y de que, si quería seguir con el negocio, podíamos comprar algo más grande y pensar más a largo plazo. Ahora tenemos 500 metros de tienda y un almacén de 800 y ya empezamos a necesitar otro espacio”, cuenta.


Aseguran que no han pensado ni una sola vez llevarse el negocio de Arteixo: “Me crié aquí y es un sitio al que llegas fácilmente desde cualquier sitio. Son muchos años y Pratos Rotos ya forma parte de Arteixo”, explica Luis Espiñeira, que ha servido su porcelana a restaurantes de Rusia, Países Bajos, Suiza o Venezuela, y sobre este último país añade algo de morbo: “Juan Cortés, el empresario de Cambre que fue secuestrado en 2012 y cuyo cuerpo después no apareció, era cliente nuestro”.

 

Relevo garantizado

Andrea Espiñeira empezó “de casualidad” en esto –“empecé Psicología, pero lo dejé por los platos”, apunta– pero recogerá el testigo de Pratos Rotos cuando su padre se jubile, dentro de cuatro años, aunque ella se ríe y lo anima a seguir: “Me gusta que esté presente todo el tiempo, a mí me gusta ser la hija del jefe”, bromea.
Luis Espiñeira lidera un equipo que oscila entre las seis y las siete personas según la época del año y adelanta los nuevos retos de la empresa: “La tienda online es el futuro, es un proyecto que está llevando Andrea, que ha modernizado por completo la marca, y también sería una maravilla poder irnos a una nave grande en el polígono, pero eso ya será decisión de Andrea dentro de unos años”, explica.


Sirven a infinidad de negocios de restauración pero también a comedores escolares, de empresa o a hospitales como el Chuac. Cada año acuden a las ferias más importantes de Europa –Milán, Frankfurt y Madrid, citan– para descubrir las tendencias y comprar mercancía que luego exhiben en Arteixo y en eventos como el Fórum Gastronómico.


Clientela fiel

Luis Espiñeira afirma que todavía hoy, varias décadas después de comenzar en el mundillo, conserva alguno de sus primeros clientes. “La Cabaña del Pescador, en Santa Cristina, que ya regenta la segunda generación, Patricia. Les vendo desde que inauguraron y, de hecho, tienen una salsa en la carta que se llama Pratos Rotos”.


Sobre el auge de la loza portuguesa, los Espiñeira son rotundos: “Vendemos máxima calidad. Las mejores marcas que hay en el mercado”, sentencian.

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