Era una de las aperturas más esperadas del año, y lo cierto es que la puesta en escena no decepcionó. Starbucks ya está en el centro de A Coruña y la calle Real (y Rúa Nueva) suma un gigante internacional más a su lista de negocios, lo que convierte a la urbe en más global todavía. Más de 150 personas convirtieron el momento, a las 11.30 horas, en una solemne reunión de fans, como si de una firma de discos o un estreno de cine se tratase.

Y en cierto sentido lo era, porque Starbucks lleva en la ciudad mucho más que sus tres locales. La tercera aportación más importante de Seattle, después del grunge y Hendrix, es de esos iconos en los que las series, el cine y la cultura pop provocan deseo y necesidad de contar con uno. De las 150 personas de la cola la primera fue Pablo Roca, un coruñés de Monte Alto que se plantó en la calle Real a las 08.00 horas y que se ha recorrido todos los establecimientos de Portugal y varios de Madrid. “Soy fan, porque es una cafetería diferente”, afirma el devoto seguidor del café con leche americano. Detrás de él Daniela, que llegó a las 09.20 horas, cuenta las horas para tomarse un frappé.

Paz Campos, directora de operaciones de Starbucks en la Península Ibérica, se encarga de dar la charla motivación a los 15 empleados segundos antes de abrir. “Es un proyecto en el que llevamos trabajando dos años y a los coruñeses les decimos que tenemos el espacio donde entregar la mejor de las conexiones, ofrecemos ese tercer lugar donde todo el mundo quiere estar”, afirma en declaraciones a El Ideal Gallego.

Una vez cortada la cinta, verde, por supuesto, los primeros clientes entran con un civismo propio de los coruñeses. Curiosamente, en lugar de dirigirse a la caja a pedir, muchos optan por hacerse con uno de los asientos de chill. Para los 100 primeros hubo una bolsa reciclada de regalo, con la Torre de Hércules como protagonista. Para el oro, plata y bronce, los tres primeros, una taza y café de selección especial.

Los que ya peinen canas, o estén cerca de ello, pueden imaginarse la llegada de McDonald’s a la calle Real y lo que supuso para una generación entera. No se trataba del producto en sí, sino de tenerlo en tu propia ciudad. Una conquista más, como quien tiene un equipo en Champions o es visitado por un famoso. Y de todo eso A Coruña sabe un rato largo.