Siete minutos al sol son suficientes para los coruñeses para llegar a la vitamina D necesaria

Los farmacéuticos advierten de que “cuanto más bronceados, menos eficiente va a ser la piel”
Siete minutos al sol son suficientes para los coruñeses para llegar a la vitamina D necesaria
Varias personas toman el sol en la playa de Riazor | Javier Alborés

Sea invierno o verano, se tome el sol o no, la mayoría de los coruñeses siguen teniendo la vitamina D baja. Es un clásico de Galicia para el que no hay mucha respuesta, aunque sí factores que lo explican. Entre ellos está el clima, pero también la edad, la alimentación o los propios patrones de comportamiento a la hora de exponerse a la radiación solar. No obstante, no hace falta pasarse horas bajo el sol para que la piel pueda generar la dosis que necesita. Bastan siete minutos y, contrariamente a lo que se pueda pensar, el moreno no ayuda.  


“Uno de los beneficios maravillosos que tiene el sol es que a través de él y su impacto en nuestra piel se va a sintetizar provitamina D, que después en el cuerpo se va a transformar en vitamina D”, explica Blanca Gómez, vocal de Dermofarmacia del Colegio Oficial de Farmacéuticos de A Coruña (COFC), que este verano lanzó una campaña de información sobre la fotoprotección.


Sin embargo, tomar el sol en exceso no es la solución al déficit: “Cuanto más bronceados estamos, menos eficiente va a ser nuestra piel para producir esa provitamina D. No nos sirve de nada achicharrarnos porque esa provitamina D que hemos sintetizado, si le sigue dando radiación solar, va a degradarse. Con lo cual, nunca va a llegar a ser vitamina  D activa”, advierte.


Tampoco resuelve el problema no echarse crema. “Oímos mucho eso de que ‘no me protejo porque me han dicho que tengo la vitamina D baja’. Esa idea la tenemos que desterrar. El uso del protector solar nunca genera una pantalla tan total como para que se evite la síntesis de vitamina D”.

 

Por minutos

Gómez remite a un estudio de la  Universidad Politécnica de Valencia que analizó el tiempo de radiación solar necesaria para llegar a la dosis mínima de vitamina D que necesita una persona con fototipo tipo III, el más común en  España y también en Galicia. “Solo tenían que estar siete minutos”, resalta.


Este tiempo varía en invierno, cuando se alarga hasta los 25 minutos en la horas centrales del día, según datos de la Academia Española de Dermatología y Veneorología (AEDV). Una exposición que se tiene que realizar siempre con protección solar, que se debe mantener todos los días del año, incluso en aquellos con nubes, niebla o lluvia. 

Siete minutos al sol son suficientes para los coruñeses para llegar a la vitamina D necesaria

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