El principal motor del cambio es la tecnología. Una vez se implementa, la sociedad se transforma para adaptarse a ella. A veces, los cambios son muy radicales, como ocurre con las redes sociales o l a IA. Otras veces, solo sirven para hacer el trabajo diario más eficiente y rápido. Es el caso del DSRC, el dispositivo que la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil ha comenzado a utilizar este año en A Coruña y que reciben a información que envían los tacógrafos. Ya no será necesario detener a los camioneros para comprobar que no han sobrepasado el horario de conducción permitido.

Sin embargo, la máquina todavía no puede detectar todas las picarescas de las que son capaces los camioneros. Por ejemplo, cambiar la tarjeta digital que se introduce en el tacógrafo por otra que no es la del conductor. “No es muy habitual, pero cada vez se están dando más casos”, reconoce un agente de la sección de Transportes.  Se considera un delito de falsedad documental, pero, aun así, algunos se arriesgan para poder echar unas horas más en la carretera y cumplir los horarios.

Cada conductor tiene unas horas determinadas de conducción y, si las exceden, cometen una infracción. Así que algunos llevan dos tarjetas, en ocasiones prestada por un compañero o, como ocurrió en febrero, por la propia esposa, que también era camionera: “A veces, simplemente conducen sin tarjetas, sobre todo si viajan por vías de alta capacidad donde saben que los van a parar menos”.

La picaresca es algo frecuente, y a menudo tratan de exceder en unas pocas horas el límite permitido

La Guardia Civil realiza controles diarios, pero tiene que hacerlo en condiciones de seguridad para el tráficoy las autovías o autopistas no son el lugar adecuado para ello. Por eso, normalmente montan sus dispositivos en los peajes y otros puntos estratégicos. Volcar los datos en las tablets que llevan consigo y examinarlos lleva entre quince  y veinte minutos, lo que es una pérdida de tiempo considerable para el transportista, pero los agentes del Instituto Armado aseguran: “Nos llevamos, bien, saben que nuestro trabajo es importante; si no fuera por nosotros, habría descontrol”.

Afirman desde la Guardia Civil que la mayoría de los camioneros cumplen con la normativa, y que gran parte de las infracciones que imponen son leves, por exceder el tope de 90 horas de conducción bisemanal, lo que se castiga con una simple multa de cien euros: “No suelen pasarse de las cien horas, porque entonces pasa a ser grave”, explican.

Vivir al límite, siempre presionado por los horarios y las distancias, y vigilado por la Guardia Civil, forma parte de la vida de estos profesionales, los reyes de la carretera. “Son parte de los usuarios, con la peculiaridad que los accidentes en los que está implicado un camión pueden ser mucho más graves”. Ahora, con la DSRC, los guardias civiles podrán detectar las infracciones en curso, e ir un poco más sobre seguro.