Sito Sedes consiguió de forma póstuma y alrededor del homenaje a su colosal e inolvidable figura hacer realidad un viejo sueño de muchos coruñeses: que la verbena volviera a María Pita y a las fiestas de A Coruña. Mejor dicho, obró dos sueños, porque convertir el corazón de A Coruña en un revival de la época del bolero y el pasodoble y recuperar el setlist de Los Satélites de hace cuatro décadas no podría haber tenido otra razón de ser.
Funcionó el homenaje también como una masterclass para los verbeneros de ahora sobre el origen de lo que se ha convertido en una romería popular para jóvenes y adolescentes. Los que hace décadas fueron pioneros cuentan ya unas cuantas décadas de quemar pista, por lo que la organización decidió poblar de más sillas que nunca la plaza. No obstante, pocos aguantaron con el trasero pegado al plástico. Dicen las cifras oficiales que se alcanzaron los 5.000 asistentes, pero lo cierto es que la imagen de lleno se corresponde con la superpoblación de butacas.
Cuando la luz del día ya agonizaba y caía la noche se encendió el escenario de la casi nonagenaria formación, patrimonio cultural de la ciudad. Fue un vídeo montado por el nieto de Sedes, con imágenes profesionales y personales, el que dio inicio a la celebración de su legado. La música empezó a sonar con ritmo latino porque, aunque ahora parezca lo normal, hubo un tiempo en el que los ritmos caribeños fueron un lujo importado una orquesta de A Coruña en su viaje a Venezuela. El polifacético Xurxo Souto ejerció de maestro de ceremonias. “Boa Noite e boa música. Este vai ser un acto de amor, cariño e agradecemento. Sito foi quen de transmitir no campo da festa as máis altas doses de beleza, elegancia e preciosismo”, explicó antes de dar paso al primero de la larga lista de amigos que desfilaron por el escenario. Souto, un clásico en los homenajes a Pucho Boedo, ya fue una de las voces del anterior tributo, en las fiestas de O Ventorrillo.
Carlos Otero Padín, de Los Brindis, Solara o Sintonía de Vigo, se arrancó con el bolero ‘Qué pasa entre los dos’. El ritmo de la verbena siguió casi siempre un esquema semejante, ya que la celebración de Sito también lo fue de Los Satélites, y la formación actual también tuvo su momento entre los viajes al pasado. ‘Eva y Adán’ fue el primero de ellos.
No tardó en aflorar la versión bailonga de la rivalidad A Coruña-Vigo, que durante décadas protagonizaron Los Satélites y Sintonía de Vigo. Lo era un poco de cara a la galería, como evidenció el hecho de que a más de uno de aquellos protagonistas se les cayera una lágrima.
Pastor, también de la formación en olívica, se pidió ‘La nave del olvido’ para acordarse de su amigo. También recordó sus piques durante la interpretación del pasodoble ‘Islas Canarias’. Chapelo, por su parte, recuperó la histórica ‘Morriña’ de Eduardo Diehl, un himno muy coruñés cantado por alguien muy del sur.
De la formación antigua de Los Satélites pasaron por las tablas de María Pita Tito Calviño, Andrés Lobato, Melchor Rodó o Isabel Lemos, la primera mujer en ser vocalista principal de la formación, con la sorpresa de Paco Lodeiro para cantar ‘Mi Tierra’, de Los Tamara. Y así fue cómo, en plena exaltación del “orgullo de A Coruña”, Xurxo Souto recordó que María Pita se convirtió en “o campo da festa máis bonito de Galicia”.