Apenas lleva unos días en la ciudad tras su nombramiento el pasado mes de marzo como nuevo gerente del Consorcio para la Promoción de la Música, pero para Juan Antonio Cuéllar, son jornadas de reuniones para poner en marcha sus ideas y conocer más a fondo la ciudad. “No sabía que celebraban con tanto empeño mi santo”, comenta entre risas el compositor colombiano, antes de analizar el reto que ha asumido.
¿Cómo nace su interés por el proyecto de la Orquesta Sinfónica de Galicia (OSG)?
Fui muchos años director ejecutivo de la Asociación Nacional de Música Sinfónica de Colombia. Uno de los directores españoles que tuvimos de visitante varias veces me comunicó que estaba abierta la plaza de la gerencia de la Sinfónica de Galicia. Me interesó mucho porque es, sin duda, una de las orquestas más prominentes de España. Es una orquesta de grandísimo nivel, toca con solistas maravillosos... me llamó muchísimo la atención. Además, es una oportunidad de ver otros horizontes y de llevar mis aprendizajes a otros lugares para aportar y aprender cosas nuevas.
¿Cómo ha sido el estudio de todo el ecosistema de la OSG desde el otro lado del Atlántico?
Se solicitaba la elaboración de un plan y, sin duda, apenas empecé no tenía la más remota idea de la realidad (sonríe). Hice varias indagaciones, hablé con gente conocida. Soy muy amigo de un director colombiano, Alejandro Posada, que fue director de la Orquesta de Castilla y León muchos años, y me conectó con directores como Víctor Pablo Pérez y algunos gerentes iniciales de la orquesta en los años 90. Hablé también con Sabela (directora técnica de la Real Filharmonía de Galicia), porque Baldur Brönnimann fue director seis o siete años de la Sinfónica de Colombia. A través de Posada también llegué a Roberto González-Monjas, que durante más de trece años ha sido director invitado recurrente y un formador importante en el proyecto IberAcademy, en Medellín. Traté de abordar a Roberto, hasta que me di cuenta de que era parte del comité de selección (ríe). También hice un compilado de noticias relevantes desde 2023, lo que me permitió vislumbrar la realidad, mucha información sobre dificultades económicas, disminución de presupuesto... me fui adentrando en esa realidad menos glamurosa. Eso me permitió hacer un plan con cierta dosis de realidad. Nada más llegar, el interventor municipal me facilitó informes sobre la situación económica del Consorcio y ya quedé con una mayor comprensión e la dura realidad que vamos a enfrentar.
Realizado el estudio, ¿cuáles son los primeros pasos?
En mi plan hay como nueve ejes de desarrollo estratégico, cinco asociados al desarrollo artístico. Uno es el fortalecimiento artístico de la formación y sus agrupaciones. Lo segundo, fortalecer la relación con el ecosistema del Consorcio, vincular a la Escuela Municipal de manera prominente. Lo tercero era un desarrollo muy fuerte de colaboraciones con diferentes áreas, disciplinas, no sólo ópera, también danza, música para cine, videoarte... y también la posibilidad de colaborar con artistas de otros ámbitos, con artistas pop de prestigio, para hacer conciertos multitudinarios en una arena más numerosa, en un Coliseum, para lograr una incidencia más amplia. Eso, acompañado del desarrollo audiovisual, la orquesta tiene un bagaje audiovisual importante, el canal de Youtube ha sido premiado por su afluencia, que no es habitual en las sinfónicas. Y también fortalecer la comunicación. Esos serían los cinco elementos fundamentales.
¿Y en el aspecto económico?
Tenemos cuatro, cuyo eje fundamental es la sostenibilidad, ahí vamos a tener que fortalecer nuestro vínculo con la Xunta, con el Ayuntamiento y con la Diputación. Pero, a partir de esa alianza, ampliar el camino para la vinculación de personas e instituciones, fortaleciendo los ejes de productividad económica. Otro eje es la revisión de la estructura organizacional del Consorcio y las mecánicas de gestión. Finalmente, hay que hacer un trabajo de infraestructura física, en la base de la reflexión está si fortalecemos nuestro vínculo con el Palacio de la Ópera, mejorando las condiciones técnicas, o si nos orientamos hacia la posibilidad, a medio plazo, de construir una sede nueva para la orquesta.
Cuando se hizo oficial su nombramiento, mencionaba que quería que la OSG tenga más presencia en toda Galicia, ¿cómo lo hará?
Estamos trabajando y, ciertamente, estamos un poco tarde para la programación 25-26. Pero con calma, lo estamos trabajando para que la orquesta y sus agrupaciones, la Joven, los coros, puedan tener presencia en diferentes municipios. Ya se está haciendo, pero creo que es pertinente hacerlo en una mayor cuantía. Ahí necesitamos el apoyo de la Xunta, para que coincidamos en las estrategias de desarrollo que tienen planteadas para el impulso regional. Podríamos incluso dividir la orquesta en dos más pequeñas, haciendo repertorio clásico, y hacer dos circuitos simultáneos en una misma semana, llegando a más municipios.
Habla de la programación de la temporada 25-26, ¿le ha dado tiempo a introducir alguna idea propia o se mantendrá lo trabajado hasta su llegada?
Hay que honrar el trabajo previo, sobre todo porque implica la alianza con promotores, agentes, etc. y ya hay una serie de compromisos cerrados. Voy a honrar los compromisos pactados. Y, mirando el rango de oportunidad que tenemos, introducir en la programación alguno de estos rasgos nuevos de programación y actividades de impacto en Galicia y que también tienen que ver con el desarrollo de proyectos con un talante más productivo.
En el pasado se perdieron las giras internacionales, ¿ve factible poder recuperarlas en el corto plazo?
Pues para la temporada 26-27, y sobre todo para la 27-28 con más fuerza, sí. Es algo que se tiene que ir construyendo con antelación. Sobre todo teniendo garantizados los recursos para hacerlo, tanto los que podamos poner nosotros, como aquellos que se puedan poner desde las instituciones receptoras: teatros, ciudades, promotores... Todo esto tiene que ser viable económicamente y tiene que ser, si no productivo, al menos que no implique una desfinanciación del Consorcio. Ya estaba proyectada una gira por el Reino Unido, que vamos a ver cómo sacar adelante para el 2026, y trabajo en una gira sudamericana, ya sea para el ciclo 26-27 o para el 27-28.
Otro de los aspectos que deberá abordar es la figura del director, ya que el contrato de González-Monjas se acaba al final de la próxima temporada. ¿Apostará por su continuidad?
La intención es que siga él, sin duda. Creo que él quiere, la orquesta quiere. Yo creo que difícilmente un director tiene tan entrañable vínculo con una orquesta, porque Roberto ha estado vinculado a la OSG desde niño y eso hace que tenga unos afectos muy especiales por la orquesta, por Galicia, por Coruña y por toda la misión que se hace desde acá. Además, es uno de los directores españoles más prominentes de la escena internacional y nos enorgullece poder decir que es nuestro líder natural. La orquesta está fascinada, en todas las encuestas sale triunfante (sonríe). Yo creo que no va a haber impedimento.
Hablaba de esa mezcla con artistas pop. El pasado viernes, la OSG participó en un concierto con versiones de Dire Straits, ¿cree que la idea puede evolucionar a mayor escala?
Sí, yo quedé gratamente sorprendido con el nivel de los arreglos, porque ahí es donde reside el éxito o fracaso de un proyecto sinfónico. Sé el esfuerzo que requiere salir con arreglos que realmente pongan a la orquesta de forma relevante en interacción con el grupo pop o rock, porque lo que suele ocurrir son arreglos que ponen a la orquesta como una especie de telón de fondo, de tapete, sobre el que el grupo hace lo de siempre. Aquí vimos un semblante diferente, con más protagonismo de la orquesta. Si hacemos eso con artistas de otro nivel, que puedan colocar en el top de las colaboraciones pop sinfónicas, creo que haríamos mucho bien, no solo a la orquesta, también a la música, en general, en España.