La hostelería de A Coruña dice adiós a las máquinas de tabaco debido a la baja rentabilidad y a la normativa vigente

La hostelería de A Coruña dice adiós a las máquinas de tabaco debido a la baja rentabilidad y a la normativa vigente
Un cliente compra una cajetilla en un establecimiento de la ciudad | Quintana

Si bien el “¿me das cambio para tabaco?” o “¿me activas la máquina?” se han convertido en una de las frases más recurrentes en el sector, con “por favor” mediante en la mayoría de los casos, la hostelería y las máquinas dispensadoras de cajetillas se encaminan hacia un divorcio exprés y sin arreglo aparente. Más de un tercio de los 170.000 terminales a nivel nacional se han retirado, según datos del diario El Economista, debido a la discrepancia con el Ministerio de Hacienda y su normativa para la gestión. 


Cada máquina de tabaco en hostelería debe rellenarse, obligatoriamente, con material procedente de uno de los tres estancos más próximos. Muchos hosteleros han sido multados por la Comisión del Mercado de Tabacos por no ajustarse a esa regla y han decidido dar carpetazo a lo que consideraban un servicio al cliente y no una forma de ingreso.


No resultan ajenos a esa tendencia los bares y restaurantes de la ciudad, aunque en opinión del presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de A Coruña, Héctor Cañete, en este caso se debe más a una cuestión práctica y de comodidad. “El problema es la baja rentabilidad y la tendencia es a la desaparición”, explica. “Cuando yo empecé, hace 25 años, ganabas 25 pesetas por cajetilla; hoy te siguen dando 15 céntimos”, añade.


Una de las opciones a la que recurren los profesionales de la hostelería es que sea directamente el estanco correspondiente por ley, uno de esos tres más cercanos, el que se haga cargo de la gestión de la máquina. “Si lo tengo que hacer personalmente e ir a comprar y rellenar no me compensa, es lo que pasa en muchos casos”, subraya Cañete. “Lo que subyace es la rentabilidad y ahora mismo es más un servicio al cliente, que además te obliga a la activación mediante mando y a la adaptación de muchos terminales; te genera una serie de trastornos y no tienes beneficio”, prosigue.


El fin en pubs y discotecas 
Si bien las tendencias en la hostelería y el ocio nocturno suelen ir de la mano, en el caso de éste el sector pronostica un proceso más acelerado. Son cada vez menos los pubs y discotecas que disponen de máquina y los que la conservan no la tienen activada en muchos casos. Emilio Ron, hostelero con una larga trayectoria también en la noche, le pone fecha de caducidad. “Creo que en seis o siete meses habrán desaparecido por completo, no compensa en ningún sentido”, advierte.


Ron, cuya apertura más reciente fue el Cine París, optó por no instalar ningún tipo de dispensador de cajetillas. Y es que además del quebradero de cabeza al que se refiere la hostelería tradicional y a la normativa contra la que se rebela el sector a nivel nacional, apunta a una cuestión de tranquilidad: “Las máquinas de tabaco por las noches pueden acabar siendo un foco de problemas o de conflictos”. 


Las gasolineras nocturnas también han restringido la venta a partir de las 22.00 horas, así que los fumadores tendrán que ser cada vez más previsores. 

La hostelería de A Coruña dice adiós a las máquinas de tabaco debido a la baja rentabilidad y a la normativa vigente

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