Casi setecientas personas asistieron hace 25 años al sorteo de los 1.792 nichos del nuevo cementerio de la parroquia de San Pedro de Visma, cuyas obras estaban a punto de finalizar. Fue uno de los asuntos destacados por El Ideal Gallego el 23 de julio de 2000, el día después de un gran incendio forestal que arrasó cientos de hectáreas en los montes que unen Arteixo y A Coruña. Hace 50 años el diario se hizo eco de la preocupación por la falta de limpieza en la playa de Santa Cristina. Tal día como hoy de 1950 el Liceo de Monelos celebraba su triunfo en la final de la Copa coruñesa disputada en Riazor. Hace cien años la ciudad amanecía con la noticia del repentino fallecimiento de un hombre a bordo de un barco atracado en el muelle de Linares Rivas.
Cerca de setecientos vecinos asistieron ayer, 22 de julio de 2000, al sorteo del total de 1.792 nichos que componen el nuevo cementerio de la parroquia de San Pedro de Visma. El acto fue organizado por la asociación vecinal de dicho barrio, ya que esta entidad se encargó desde el principio de los trámites de adquisición de los terrenos, construcción y pago de la nueva obra. El sorteo se alargó hasta la una de la tarde y, según comentó el presidente de Loureiro de Visma, José Ramón Calvete, “los miembros de la directiva estamos muy satisfechos, porque todo se desarrolló en un ambiente de normalidad, sin ningún tipo de discrepancias, a pesar de la numerosa asistencia de vecinos, que colapsaron el centro social”. “Fue un sorteo complejo, pero quisimos que fuera claro y transparente. Creemos que los vecinos han salido contentos”, añadió.
También ayer un gran incendio forestal arrasó cientos de hectáreas en los montes que unen Arteixo y A Coruña. El fuego llegó a acercarse peligrosamente a varias viviendas y a algunas naves del polígono de Pocomaco. Las llamas provocaron una gran humareda que afectó a toda la ciudad, al igual que las cenizas en suspensión.
Cuando truena, algunos se acuerdan de Santa Bárbara, pero nadie se acuerda, desde luego, de las playas, y así ocurre que, cuando llega el verano, nadie ha previsto su limpieza. En la playa de Santa Cristina el problema se agudiza por aquello de la jurisdicción difuminada o compartida. Hace un año, en 1974, el concejal Serrano pidió que el Ayuntamiento de La Coruña concertara con el de Oleiros la limpieza de la playa, ya que el Ayuntamiento oleirense no puede hacerse cargo de esa tarea y la playa es usada, mayoritariamente, por los coruñeses.
Además, el teniente de alcalde Liaño sugirió un plan de ordenación de la playa, que incluía la expropiación de la misma, actualmente de propiedad privada. Lo del plan de ordenación recorre los trámites de los estudios y consideraciones más o menos reglamentarios. La petición de Serrano simplemente no se atendió. Y así sigue la playa, hecha un verdadero desastre.
También preocupa la limpieza del Campo de Marte. Es un jardín o, al menos, esa es su denominación más o menos oficial. En la práctica, muchos días podría recibir el nombre de vertedero de basuras, a la vista de cómo se pone aquello de desperdicios.
La final de la Copa de La Coruña jugada en la tarde de ayer, 22 de julio de 1950, en Riazor por los equipos del Liceo de Monelos y Deportivo Ciudad finalizó con victoria por 4-1 del Liceo de Monelos, que se adjudicó la Copa de La Coruña. El alcalde, señor Molina, fue el encargado de entregar el trofeo al equipo ganador, cuyos jugadores dieron la vuelta al terreno de juego entre los aplausos de sus partidarios.
Dentro de la medianía en que actuaron los dos equipos, el Liceo se mostró más práctico que su rival y también más hecho a estas lides de campeonato.
Por otra parte, ayer llegó a La Coruña procedente de Lisboa el presidente de la Federación Portuguesa de Vela, don Enrique Tenreiro, para seguir desde una de las terrazas del Náutico las regatas disputadas en aguas coruñesas.
A las nueve de la mañana de ayer, 22 de julio de 1925, y a bordo del vapor ‘Cabo Huertas’, que se hallaba atracado en el muelle de Linares Rivas, falleció repentinamente de un ataque de apoplejía el cocinero de aquel buque Manuel Rodríguez, de 30 años, natural de El Pedroso (Sevilla). Al darse cuenta el capitán del barco de los primeros síntomas graves del ataque que sufría el citado cocinero, envió en busca de un sacerdote con toda urgencia, el que, al llegar a bordo, halló al enfermo en tal estado que solo pudo otorgarle la absolución ‘subconditione’.
Por otra parte, las colonias veraniegas de Oza, Cesuras y Curtis formulan reclamaciones sobre el cuadro de marcha de los trenes que circulan actualmente, con arreglo al horario recientemente implantado. Entre otras demandas, piden que el tren 1.400 admita viajeros hasta Curtis.