La Federación de Asociacións Veciñais de A Coruña e Área Metropolitana reclama cambios en las políticas forestales

La Federación de Asociacións Veciñais  de A Coruña e Área Metropolitana reclama cambios en las políticas forestales
Incendios Ourense

Ante la actual situación de máxima urgencia y gravedad por la ola de incendios que están aconteciendo en
Galicia, la Federación de Asociacións Veciñais de A Coruña e Área metropolitana debe hacer una manifestación en solidaridad con todas las vecinas y vecinos de los territorios afectados ante la dramática situación que están viviendo nos sus pueblos y parroquias. El movimiento vecinal estuvo siempre históricamente en la primera línea de movilización y participación del campo local, y demostró una sensibilidad específica en situaciones sociales dramáticas y sensibles, por lo que debemos dignificar los actos de trabajo, colaboración y apoyo que se reproducen entre el conjunto vecinal, los agentes forestales y las administraciones locales, dentro de cada localidad afectada.


La situación actual fue definida por el propio director general de Montes como “la peor situación en la historia de los incendios”. Los datos son reveladores de que, efectivamente, estamos viviendo la situación más crítica de la historia de los incendios de Galicia: más de 30 ayuntamientos confinados, incendios en todas las provincias gallegas, más de 20 focos activos (a 21 de agosto de 2025). El más relevante, lo de la localidad de Chandrexa de Queixa (Ourense), ya se convirtió en el incendio de mayor extensión de la historia de Galicia, y es el de mayor impacto en superficie en la suma total de terreno quemado en Galicia este verano, que ya supera la cifra de las 50.000 hectáreas quemadas. Un atribuirte notable a las más de 382.000 hectáreas de los últimos focos de incendios a nivel estatal. Además, hubo restricciones de las comunicaciones terrestres con cortes de trenes y carreteras —como el corte del servicio regular de transporte ferroviario entre Madrid y Galicia, que se prolongó durante cinco días y solo fue restablecido el 20 de agosto—.


A esto se suma la población evacuada, las viviendas afectadas y el riesgo ambiental, para la biodiversidad, la propia salud pública y las consecuencias posteriores de estos desastres sobre la economía rural.


Por todo esto, más allá de la necesaria solidaridad ante la gravedad del escenario, es necesario reclamar
que se inicie una reflexión por parte de la Consellería de Medio Rural, por las responsabilidades y competencias que se tienen sobre las políticas que afectan al campo forestal, la gestión de los montes y al del propio territorio para que esta sea hecha de una manera más planificada y sostenible teniendo en cuenta el inevitable proceso de cambio climático y la situación climática (frecuencia e intensidad de las ondas de calor, mayores períodos de sequía, etc) y su afición las zonas con mayores temperaturas estivales y una gran proporción de suelo forestal. Estos hechos deberían obligar, en consecuencia, la una revisión del plan de prevención y defensa contra los incendios forestales de Galicia (PLADIGA) para que, efectivamente, los planes cumplan de forma eficiente como planes preventivos atendiendo a los medios y recursos presupuestarios necesarios para evitar esta situación, sabiendo de la complejidad del minifundismo gallego.


Porque ante este contexto lo que es necesario reforzar son las políticas preventivas de forma más responsable y eficiente para que este escenario actual no se vuelva a repetir cada año, ni con mayor gravedad, toda vez que sus consecuencias son daños ambientales, económicos y humanos irreversibles.

La Federación de Asociacións Veciñais de A Coruña e Área Metropolitana reclama cambios en las políticas forestales

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