La Colegiata de Santa María del Campo de A Coruña recibió este 15 de agosto a sus tres nuevos canónigos, según informó la Archidiócesis de Santiago de Compostela.
Con el arzobispo de Santiago, monseñor Francisco José Prieto Fernández, como testigo, tomaron posesión los nuevos capitulares designados por el prelado compostelano: José María Maiz Cal, nombrado canónigo penitenciario; el vimiancés Severino Suárez Blanco, nuevo canónigo magistral; y Ramón Caamaño Pacín, que asume la función de canónigo doctoral.
El arzobispo recordó que la misión de los canónigos no es otra que el servicio en nombre del Señor, “sabiendo que la fecundidad no es obra nuestra, sino obra de Dios en nosotros”. En este sentido, subrayó la importancia de que cada persona que se acerque a la colegiata coruñesa encuentre no solo la Eucaristía y la Palabra, sino también la “mesa del perdón siempre dispuesta y abundante, donde la misericordia nos reconcilia de nuevo”.
Además, pidió a los nuevos canónigos que, junto al resto de miembros del cabildo, mantengan la colegiata “literalmente abierta” como signo permanente de acogida, de modo que quien llegue, encuentre en ellos una palabra y un gesto que le acerquen a Dios. “Basta un pequeño gesto para que Dios llegue al corazón”, añadió, subrayando que la pastoral no siempre se mide en grandes acciones, sino en la capacidad de estar cerca de las personas.
La Colegiata de Santa María del Campo, situada en pleno casco histórico de A Coruña, debe su nombre, según explica el Arzobispado, a que probablemente se hallaba fuera de las murallas en el momento de su construcción. Su origen exacto sigue siendo objeto de debate: algunas teorías la sitúan entre finales del siglo XI y el XIV. Tradicionalmente vinculada a los gremios de marineros y comerciantes, fue elevada a colegiata en 1441 por el arzobispo de Santiago, y el Papa Eugenio IV confirmó el título dos años después.