La clase media de A Coruña se lo piensa dos veces antes de irse de vacaciones en agosto

Las agencias de viajes dicen que el volumen de reservas se mantiene, pero disminuye el número de pasajeros, lo que achacan principalmente al encarecimiento de los precios y a la capacidad cada vez más limitada de ciertos segmentos de clientes para volar
La clase media de A Coruña se lo piensa dos veces antes de irse de vacaciones en agosto
Una viandante se para delante de las ofertas de viaje para la próxima temporada | Carlota Blanco

El trabajo de las agencias de viajes pasa principalmente por adelantarse a los antojos y deseos de sus clientes potenciales. Por lo tanto, aunque para muchos acaba de activarse la operación salida y comienza el mes con más coruñeses de vacaciones, lo cierto es que a la hora de gestionar el disfrute de las mismas está todo el pescado vendido. Y el balance dice que nos sigue gustando salir fuera, aunque también nos está costando cada vez más. Los viajes de lo que podría considerarse clase media se han reducido entre un 5 y un 7 por ciento, según detecta la Asociación Gallega de Agencias de Viajes (Agavi), en boca de Óscar Regal, miembro del consejo directivo. “Ha habido una reserva anticipada muy grande y el año pintaba magnífico, pero las circunstancias de los últimos meses han provocado una ralentización”, sentencia. “El conflicto en Oriente Medio, las huelgas de las compañías aéreas o la subida sustancial de precios hacen que, desde el punto de vista emisor, vaya a ser un buen año, pero no tanto”, añade.

 


A la hora de meterle el bisturí a los datos la lectura y la conclusión es cara: quien más ha pagado el aumento de los precios es una clase media coruñesa que se lo ha pensado dos veces a la hora de salir fuera. “Se vende más, pero tenemos menos pasajeros. Eso quiere decir que la gente con más poder adquisitivo sigue viajando, pero la clase media se lo piensa más a la hora de hacer sus escapadas”, dice el también director general de Viajes Embajador.


Una época más complicada 

No solamente la situación económica provoca que muchos coruñeses opten por quedarse en casa durante el mes de agosto. De hecho, en ese sentido la ciudad nada contracorriente respecto al resto de España. Y es que son muchos los planes y las alternativas de ocio durante 30 días en los que tanto A Coruña como su área metropolitana son más fieles que nunca al buen comer, el buen beber y el ‘durmir de pé’. “No es nuestro mes preferido para irnos fuera, pero aún así hay un volumen de reservas importantes, tanto a nivel receptivo como para exportar pasajeros, básicamente porque hay gente que no puede irse otro mes”, indica Regal.

 


Por otra parte, el reciente terremoto de 8,8 grados en escala Richter que sacudió Rusia durante la semana también ha movilizado a muchos que ya tenían planes de viaje contratados para estas fechas. A pesar de que las alarmas rápidamente se fueron apagando con el paso de las horas, los clientes eligieron las agencias de viajes como punto de información. “Cualquier situación de ese estilo afecta a las ventas y hubo muchas consultas que pusieron en valor la calidad de la agencia de viajes como servicio”, recuerda. “Estamos sobradamente preparados para atender a nuestros clientes y de algún modo poder asesorarnos bien. En la mañana del terremoto recibimos consultas sobre todo de los afectados en la zona Pacífica”, prosigue. 


Finalmente, Óscar Regal anima a mantener una dinámica que habla de una antelación de entre 5 y 9 meses a la hora de reservar los viajes. Se trata de un manera de ahorrar una cantidad importante de dinero, pero también una forma de que los profesionales puedan ofrecer un servicio a la carta. 

La clase media de A Coruña se lo piensa dos veces antes de irse de vacaciones en agosto

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