El centro de A Coruña se reinventa para dar de comer y beber a 10.000 personas durante un mes

Los bares de María Pita, así como los locales de primera hora y los pubs de La Marina, han realizado contrataciones especiales y rediseñado su modelo de negocio de cara al próximo mes
El centro de A Coruña se reinventa para dar de comer y beber a 10.000 personas durante un mes
Imagen del segundo día de fiestas en el año 2024 | Quintana

Un gran poder conlleva una gran responsabilidad, y pocos poderes pueden concebirse equiparables al respaldo de decenas de miles de personas cada noche durante, como mínimo, 15 días. Por eso la llegada de las Fiestas de María Pita ha despertado en la hostelería una especie de ‘sentido arácnido’ y, ante la inminente llegada de masas sedientas y hambrientas, los locales del entorno se han reforzado tanto en lo que a personal como a aprovisionamiento se refiere. Se trata, con diferencia, del periodo con más facturación del año. Sin embargo, en ocasiones también se trata de ser capaz de dar cobertura y servicio a todo el mundo.  

 


Por ejemplo, si ya un fin de semana cualquiera se antoja un desafío encontrar una mesa en The Breens Taverns, durante las fiestas su terraza está más cotizada que un palco en el Royal Albert Hall. Por eso la propiedad ha pensado en los clientes, pero también en la salud física y mental de sus trabajadores: la plantilla crecerá un 25 por ciento (de 9 a 13), pero los trabajos que se le pedirán se matizan ligeramente. “Pondremos una barra fuera y, por ejemplo, para el concierto de Bonnie Tyler habrá 13 personas trabajando a la vez entre cocineros y camareros”, explica su dueño, Pablo Breen, que estima que la facturación se duplicará respecto a otras semanas de verano. “En la barra de fuera pondremos cañas, refrescos, bocadillos de tortilla y de jamón”, añade. No obstante, entre las dificultades que han encontrado los empleados para desarrollar su trabajo con normalidad, enumera: “En los conciertos con más afluencia hay tal densidad de público que tenemos que simplificar el servicio y no podemos llevar bebidas a las mesas, básicamente porque los camareros casi no pueden pasar, así que debemos limitarnos a servir las tapas  y solicitar a los clientes que pidan las bebidas en la barra”. El hostelero apela a la comprensión y espera repetir el buen ambiente de ediciones anteriores.

 

Frente al mar

Especialmente intensa suele ser la actividad de los establecimientos situados en la avenida de La Marina. De hecho, los más perezosos o enemigos de las aglomeraciones optan por escuchar los conciertos desde unas terrazas que estarán más pegadas que nunca, al menos desde 2019. Y es que el Ayuntamiento ha instalado a los locales a tirar de la distancia habitual entre mesa y mesa, y no de la de seguridad de la pandemia. “Nosotros ya hacemos refuerzo de personal para todo el verano: desde la afluencia de turistas en verano a las Fiestas de María Pita. Agosto es el mes con más movimiento y las fiestas son un gran apoyo”, sentencia Alberto Boquete, presidente de los hosteleros de la zona y propietario de La Mansión 1783.


Finalmente, el ocio nocturno de La Marina es cosa en buena medida de Antonio Ruiz, dueño de La Calle, Quai y Piccadilly. Después de haber sufrido el azote de los festivales y las verbenas la fiesta le llega a las puertas de casa. “Es uno de los mejores meses del año, y por eso haremos un refuerzo de personal todos estos días. Junto con diciembre, son las fechas más fuertes”, asevera el empresario. 
 

El centro de A Coruña se reinventa para dar de comer y beber a 10.000 personas durante un mes

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