Por qué algunos bares de A Coruña seguían en plena pandemia

La Policía Local instó el pasado martes a los empresarios de La Marina a abandonar la separación de seguridad heredada del covid para así recuperar espacio peatonal; en principio ningún establecimiento perderá mesas, sino que tendrán que estar más próximas entre sí
Por qué algunos bares de A Coruña seguían en plena pandemia
Dos personas pasean por la zona de terrazas de La Marina durante la tarde de ayer | quintana

Casi tres años después de que la mayoría de sectores recuperasen la normalidad pospandemia, algunas de las costumbres o usos que tuvieron por objeto garantizar la seguridad de los ciudadanos también comienzan a desaparecer. Y si no que se lo digan a los hosteleros de la zona de La Marina de A Coruña, donde la distancia social había provocado que su principal actividad, la explotación de las terrazas, favoreciese la expansión de estas más allá de los límites previos al año 2019. En una operación sin ánimo sancionador, llevada a cabo el pasado martes, la Policía Local instó a los empresarios a reducir la separación de más de un metro entre mesa y mesa y aligerar la ocupación de la vía pública. 

 


No quiere decir que los locales en cuestión tengan que renunciar al número de mesas por el que pagan una cada vez más alta tasa anual. Se trata de que la distancia entre ellas sea menor, de tal forma que se recupere la proporción 50-50 entre acera peatonal y la parte comercial. Si bien algunos de profesionales creyeron verse condenados a la reducción de sus dominios, lo cierto es que nada más lejos de la realidad. “Lo que hicimos durante la pandemia fue mantener el mismo número de mesas, distanciándolas algo más”, indica Alberto Boquete, presidente de los hosteleros de la zona y responsable de La Mansión 1783. “De esta forma se da por finalizada la pandemia y no es más que un toque de atención para pedir que volvamos a las condiciones anteriores al covid”, añade el empresario, quien dice respetar la medida y recuerda: “Las normas están para cumplirlas”.


Entre la tarde y la noche 

Uno de los propietarios a los que más afecta cualquier decisión que se tome acerca de La Marina es Antonio Ruiz. Propietario de Quai, La Calle y Piccadilly, puede decirse que en todas las franjas horarias tiene alguno de los tres locales a pleno rendimiento. Por ello, cree que más allá de preocuparse por lo que le digan las autoridades la cuestión es seguir a rajatabla lo que reza la norma. “Nosotros cumplimos siempre según el pleno que se presentó en el Ayuntamiento”, dice. “La normativa dice que podemos llegar hasta la línea de pluviales y estamos lidiando con eso”, prosigue.

 


El nuevo aspecto de La Marina, o la vuelta a la ordenación habitual hasta 2020, coincide con la antesala de la celebración de las Fiestas de María, la época de más facturación del año. No obstante, las terrazas y su normativa permanecen en la agenda municipal como una de las tareas pendientes. Tal y como informó este diario no será hasta probablemente el próximo año cuando se finalice la redacción de la nueva normativa para los espacios exteriores de la hostelería. Además, muy cerca de La Marina, en la plaza de María Pita, también existe un limbo al respecto, toda vez que la concesión expiró en 2022. Dentro de ese texto que presente el Ayuntamiento también debe contemplarse un nuevo marco para la decena de construcciones que en su día se regularon de manera uniforme.


Finalmente, la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de denunció recientemente el aumento del 200 por cien en algunas tasas. La situación llevó a algunos asociados a plantearse una huelga o renunciar directamente a uno de esos pequeños placeres  de los que al final disfrutan coruñeses y visitantes. 

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