Que no sobre nada en un atracón en forma de cena o comida no es algo que suene lejano a cualquier coruñés o gallego de a pie. De eso se han encargado durante generaciones unas abuelas que, a pesar de empeñarse en el plato rebosase por encima de su capacidad, también exigían el mismo compromiso por parte del nieto de turno. No es que los hosteleros de A Coruña se hayan apoderado del ‘espíritu de las lentejas’ y eso de “las dejas”. Más bien se trata de minimizar la cantidad de desperdicios que genera el sector, así como de abanderar una concienciación social de cara al próximo marco legal. Normalizado el hecho de llevarse las sobras el táper, la gran novedad será que con el vino se aproveche hasta la última gota.
Es el reciclaje una práctica respecto a la que la sociedad está cada vez más informada, aunque no siempre comprometida. También sobre la que existen una enorme gama de grises en forma de desconocimiento tanto a nivel personal como en el mundo de la empresa. Y precisamente el gris es uno de los cinco colores que desde el próximo año tendrán que dominar a la perfección los trabajadores del mundo de la hostelería. Con ese horizonte de la implantación del nuevo contenedor marrón ha empezado a trabajar la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de A Coruña, que desde el martes 10 y al menos hasta octubre comenzará una serie de charlas formativas para que minimizar las dudas y los errores en un proceso determinante y cada vez más regulado. En la iniciativa colaboran también Hostelería de Galicia, de la que es vicepresidente Héctor Cañete, y la Xunta.
El primero de esos talleres tuvo lugar en la sede de la asociación, en el número 23 de la calle Félix Acevedo, y hasta allí acudieron más de una decena de empresarios llenos de dudas y preguntas. La importancia de la sostenibilidad, la gestión de residuos, la introducción al quinto contenedor y los beneficios y la implementación de este, así como los retos y barreras por delante fueron algunas de las líneas maestras que se siguieron.
Comenzó la presentación con un iceberg en forma de bolsa de plástico como metáfora de la necesidad de dominar a la perfección el arte del reciclaje y continuó con la reducción del desperdicio alimentario y la importancia de ser especialmente cuidadoso con los residuos en las terrazas (especialmente colillas) como otros factores a resaltar. No obstante, y ante la avalancha de información, la ponente recordó que todos los envases llevan una referencia directa sobre el contenedor en el que deben acabar.
El presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de A Coruña, Héctor Cañete, está dispuesto a que su gremio vaya un paso por delante. De hecho, al fin y al cabo, los hosteleros son también vecinos una vez bajan la verja. “Es un tema muy importante y sobre el que hay un desconocimiento general. Nuestra labor hay que hacerla extensiva a los hogares”, indica. “La nueva normativa está en pañales y en la ciudad se está implantando el quinto contenedor; como grandes generadores de desperdicios estamos apostando porque la gente se lleve lo que sobre a casa”, añade.
Pedir los táper para las sobras de comida ha pasado de ser objeto de sonrojo en algunos clientes a una práctica recomendable. Eran los ‘culines’ los que provocaban más reparo. “Habrá bolsas específicas, de papel marrón y con sus asas, para este tipo de desperdicios”, dice Cañete, que también anuncia la llegada de unos táperes de última generación.