Las calles coruñesas pasarán a acoger un nuevo tipo de contenedor adicional

Las calles coruñesas pasarán a acoger un nuevo tipo de contenedor adicional
Los cinco contenedores solo existen en el área en Arteixo a día de hoy / Quintana

La alcaldesa, Inés Rey, anunció ayer un cambio que se venía barruntando desde semanas atrás: el fin del modelo coruñés de recogida de residuos, que pasará a integrarse en la normativa estatal. A efectos prácticos, eso significa que un nuevo contenedor se instalará en las calles coruñesas, donde se depositarán solamente los envases ligeros. Este se unirá a los ya familiares orgánico, inorgánico, vidrio y papel y cartón. Este será el modelo que siga la nueva concesión de la planta de reciclaje de Nostián, poniendo fin a una política independiente que ha durado más de 20 años.  


Rey hizo este anunció tras una Junta de Gobierno en la que incluyó este asunto de forma urgente, puesto que no estaba en la orden del día. Al mismo tiempo, se estaba celebrando una reunión entre el comité de Albada, que gestiona actualmente la planta, y los representantes de la empresa, que se saldó sin ningún acuerdo, por lo que el conflicto laboral continúa y los trabajadores advierten que continuarán con sus protestas (la semana pasada celebraron una huelga de cinco días). 
 

La regidora recordó que el anteproyecto es necesario para poder licitar la nueva concesión que durará 17 años y en la que el Ayuntamiento invertirá 334 millones de euros en total, lo que lo convierte en el contrato municipal más importante. En cuanto a porqué abandona el modelo coruñés (que también realizan otras ciudades, como Córdoba), basado en el contenedor orgánico e inorgánico, y que la Concejalía de Medio Ambiente siempre había apoyado, Rey se limitó a señalar que “pasa a adaptarse a la nueva normativa europea (en realidad, del Gobierno central)”.  
 

La necesidad de adaptar el contrato a la nueva normativa es lo que explicaría, en un principio, el retraso que arrastra este contrato, que caducó hace tres años, y que desde entonces el servicio lleva prestándose de forma irregular por Albada. “Lo que se está haciendo es licitar el contrato más importante del Ayuntamiento a una nueva normativa que es de obligado cumplimiento”, añadió Rey, pese a que en al ley estatal se contemplan unas excepciones a las que se acogieron hace un año las mancomunidades en una declaración que también firmó el Ayuntamiento. Esto implica adaptar todos los servicios (recogida, contenerización) a esta nueva normativa.  
 

Consorcio de As Mariñas

Las consecuencias del cambio de sistema de reciclaje son difícil de evaluar. Hay que tener en cuenta que el Consorcio As Mariñas, entidad que gestiona la basura en el área metropolitana, y que es socio de la planta de reciclaje de Nostián, no ha sido informado de ningún cambio. Ha pedido una reunión, y Rey ha prometido que se la concederá “a la mayor brevedad”. Pero si surgiera un desacuerdo y varios municipios decidieran abandonar el consorcio, la viabilidad de la planta estaría en duda. No hay que olvidar que el informe de viabilidad, presentado la semana pasada, ya calcula un gran aumento en el canon de la basura. 
 

Desde luego, cambiar el modelo supone varios riesgos. Primero, porque el modelo de A Coruña estuvo siempre por delante del de la planta de Sogama en lo que se refiere en la recuperación de envases (en el orgánico nunca cumplió los requisitos, aunque ningún sistema lo hace), lo que significa reducir los ingresos que Ecoembes, la empresa responsable, paga por los envases retornados. Segundo, porque supondrá con toda probabilidad un aumento de los costes de transporte.
 

Eso sin tener en cuenta que los coruñeses tendrán que acostumbrarse a una nueva forma de clasificar los residuos en un momento en el que la separación en origen, imprescindible para el reciclaje, había empeorado. 

Las calles coruñesas pasarán a acoger un nuevo tipo de contenedor adicional

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