Que va a costar olvidar el décimo aniversario del bar San Xoán lo dirán para mal muchos al despertarse, aunque la lectura de la jornada del sábado no puede ser más que positiva, ya que pone muy alto el listón de los cumpleaños en la hostelería. A lo largo de todo el día hubo tiempo para comer, beber y bailar a cuenta de la casa. Es decir, lo que se le pide a cualquier celebración coruñesa al uso. Todo fue a lo grande.
Por la mañana, una gran pulpada reunió a los más habituales para prender una mecha que ardería finalmente a lo grande a media tarde, cuando Tonhito de Poi se subió a dos mesas que sirvieron de improvisado escenario. El alma mater de Heredeiros da Crus realizó un popurrí de canciones populares, hits de la banda ribeirense y hasta una versión de ‘Gimme the power’ de Molotov. “Ni los Guns N Roses podrían aspirar a esto”, bromeó en referencia al ambiente que se encontró. A la percusión estuvo Pupiño Viascón, de Os Diplomáticos de Monte Alto, que incluso llegó a sacar un gorro que emitía burbujas de jabón.
A pesar de que era un formato ‘unplugged’ no faltaron ‘Non quero nada de ti’ o ‘Quero josar’, quizás el clímax de la tarde para un hit intergeneracional. Tampoco se escapó del ‘discurso papal’ habitual un niño del público al que Tonhito ‘bautizó’ en el rock and roll. La jornada siguió con una queimada y su sobremesa.