Todo lo malo se olvida cuando hay mucho para repartirse

Todo lo malo se olvida cuando hay mucho para repartirse

no hay como tener un interés común para que las desavenencias, por muy grandes que sean, se puedan obviar. Y en ello andan de nuevo Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, en plenas negociaciones para reeditar el pacto separatista que les permita controlar durante otra legislatura la Generalitat, con lo que ello significa. Nadie se acuerda ya de los reproches de Junqueras contra Puigdemont a cuenta de que no lo llamó, ni a él ni a su familia, ni una sola vez desde que fue encarcelado. Tampoco importa que el expresidente, en su libro, acuse de desleal a Junqueras (y eso que este está en la cárcel y el otro, fugado y disfrutando en el Parlamento Europeo). Vamos, lo dicho, que ante la posibilidad de seguir repartiéndose un buen número de cargos, cualquier diferencia se olvida. FOTO: Puigdemont y junqueras, en otros tiempos | aec

Todo lo malo se olvida cuando hay mucho para repartirse

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