Deportivismo

Horas bajas vive la parroquia del Deportivo coruñés, ante el calvario que esta temporada pasa en la nueva etapa de Segunda B. Los aficionados se las prometían felices por ver regresar a su amado equipo a la división de plata del fútbol español, todo indica, ante los malos resultados que se están cosechando, que lo mejor es soñar con que, el equipo se quede donde está y no vaya más abajo todavía, porque no se sabe si ha llegado al último escalón de su desgracia o le queda algún otro peldaño en el camino.


La temporada pasada, todo el mundo temía lo peor, hasta que llegó Vázquez e hizo ilusionar a la afición de que se podía salvar del precipicio y a punto estuvo de lograrlo, solo que al final en las últimas ocho jornadas, cuando se daba por hecho, su entrenador debió sufrir un apagón y sus jugadores un cortocircuito y se fue todo al traste y el descenso se consumó, muy a pesar de los seguidores del Deportivo de la Coruña. Quizás le faltaron fuerzas para el último arreo y sus buenas intenciones no sirvieron de consuelo.


La salida de Vázquez, se hizo tarde y al que se encomendó llevar el barco a un mejor puerto, parece que lo único que logrará será mantener al equipo donde está, una caída de pozo traería consecuencias muy desagradables para la afición, después de las palabras del mayor accionista de la entidad, que catalogó al equipo en cuanto a su situación financiera de muy complicada. Esperemos que las aguas vuelvan a su cauce y el equipo responda y se rehabilite asimismo, en un club más que centenario que posee seis títulos nacionales, tres Supercopas de España, dos Copas del Rey y una Liga, así como diversos subcampeonatos de Liga. De modo que del periodo de mayor gloria del equipo, se pasó al sufrimiento actual.


El Deportivo ha cosechado últimamente pésimos resultados y Abanca, que controla más del 70% del accionariado, tiene un rompecabezas en sus manos por la situación financiera del club. No hay margen de maniobra económica, para afrontar la delicada situación del equipo, al no acompañar los resultados en el campo de juego, ambas cosas son una misma, en la categoría en que se mueve ahora el Deportivo, ya que su situación es muy compleja, es decir se haya en precario financieramente.


Lo que no, queda claro, es de sí profesionalizando el equipo, hay garantía de salvarlo de la ruina económica, en el fútbol priman los resultados por encima de todo, un buen gestor empresarial, si no, tiene experiencia en gestión del mundo del fútbol, no será capaz de solucionar su problema, lo que necesita el Deportivo de la Coruña, es no dar bandazos de colocar a unos y otros, más bien, de encontrar a la persona adecuada que conociendo el mundillo deportivo y sus entresijos, saque a este club del atolladero en que está metido.


La experiencia demuestra que tras tres presidentes, cada cual con su formación en empresa, no han sabido dar con la tecla adecuada, es cierto que el peso de la deuda condiciona todo. Pero hay que salvar al equipo como sea y es el momento de arrimar el hombro y trabajar todos a una, el Deportivo, por su historia no puede llegar a desaparecer. A estas alturas como está clasificado, no puede ceder más puntos, sería una consecuencia fatal. 

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