Inoperancias

Venían de mesiánicos redentores de La Coruña y se han quedado con sus vergüenzas al aire, una mano delante y la otra detrás. Xulio Ferreiro, el Varoufakis de A Gaiteira, y sus secuaces nacidos pa’ganá muerden hoy la pérdida de confianza frente a la corporación municipal y con el presupuesto sin aprobar sobrevolando la plaza de María Pita. La Marea, que anunciaba un tsunami laminador contra la casta e instituciones locales, se ha transformado en un crecepelo contra la caspa, cuando lo creían operativo multiplicador de bienes y lluvia laica con fines concretos a cumplir.
Desgraciadamente las predicciones proféticas electorales y la inoperancia actual definen una manera de hacer política donde sin inversiones y con las alas cortadas el coruñés comprueba que todavía no hay estación intermodal, centro de salud de Santa Lucía, área metropolitana ni fachada marítima.
Muchos socavones sin obreros para taparlos. También “palmeros” que acuden a rendir pleitesía a los mandamases suyos e insultan y vociferan a quienes no piensan como ellos. Aluden a mejor no actuar ni tampoco asumir ciclogénesis comprometidas. Y, en afán de esperar “limosnas”, confunden los términos y califican de villanos –granujas que cometen acciones innobles– al convecino de la villa cuando este no ha incurrido en villanía. Pese a ello creo que debemos plantearnos la situación desde otra perspectiva, pues la enfocan de brazos cruzados y limitándose a mirar al personal como si la decisión no fuera con ellos. Y así no es posible conseguir nada. Sospechan que encontrarán salidas más óptimas desde su inercia olvidando que lo mejor es enemigo de lo bueno. Basta sentidiño común y perder algún tiempo para que los problemas de la colectividad que representan se solucionen solos. Lo demás sobra y es mercancía averiada para ofertarla en el zoco. 
¿Olvidaron vacunarse de la gripe política?

Inoperancias

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