El Leiva más cercano se crece ante sus incondicionales en el muelle de Batería de A Coruña

El artista presentó su nuevo disco en el marco del festival Coruña Sounds
El Leiva más cercano se crece ante sus incondicionales en el muelle de Batería de A Coruña
Leiva, durante su concierto en el muelle de Batería | Pedro Puig

El juego de palabras es una tentación cuando uno de los artistas más valorados del panorama musical español llega con una gira y un disco llamados ‘Gigante’. Y más, cuando su presencia este sábado en el escenario del muelle de Batería, una guitarra, un sombrero y una voz (un poco más) rota, era inmensa. Tanto como la entrega de unos incondicionales que corearon con la misma pasión los nuevos temas y los clásicos, que se remontaron hasta la época de Pereza.


Se encendieron los focos y ‘Bajo presión’ abrió un concierto que apuntaba a memorable. Un espacio singular, la brisa cargada de una humedad que competía con el calor del público y un artista dispuesto a hacerse aún más grande a base de canciones que en directo sonaban a viaje apoteósico. ‘Gigante’, ‘El polvo de los días raros’, ‘Ángulo muerto’, ‘Caída libre’... los temas del último trabajo de Leiva movían a los presentes del rock al soul, en una marea disfrutona y entregada. 

 


Y entre uno y otro, himnos a los que los años no han restado brillo: ‘La lluvia en los zapatos’, ‘Lobos’, ‘Terriblemente cruel’, ‘Sincericidio’, ‘La llamada’ o ‘Estrella polar’  vibraron en las gargantas del público. Que a cada minuto parecía sentirse más cerca de un Leiva que también parecía estar entre amigos.
“Es un supergusto encontrarnos. Muchísimas gracias, de corazón”, había asegurado al poco de empezar el espectáculo. No habló demasiado. Sus mensajes están en sus canciones. Y las que presentaba este sábado eran una muestra exquisita de su capacidad para recoger sentimientos y estados de ánimo y hacer arte con ellos. 

 

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Leiva  en un momento del concierto


Sonaban las guitarras, retumbaba la batería en el pecho y, por encima de todo, la voz cruda y sincera -con la que resistió hasta el final pese a haber pedido disculpas de antemano por si la iba perdiendo por la infección de garganta que arrastraba- mantenía al público expectante. Fueron pocos los que se atrevieron a moverse de sitio. Porque todo lo que estaba sucediendo en el escenario era para no perdérselo.


Dice Leiva en el autorretrato que es la canción ‘Leivinha’ “nunca me sentí a la altura de esos focos deslumbrantes”. Cualquiera de los que estuvieron en su concierto asegurará sin dudarlo que está muy por encima.

El Leiva más cercano se crece ante sus incondicionales en el muelle de Batería de A Coruña

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