El procés de Zamora

PORTO, nin o do Son nin o do Sin, Porto, a secas, puede ser un nuevo municipio gallego. Se trata de un pueblo de Zamora cuyos vecinos apuestan por segregarse de Castilla y León y adquirir la nacionalidad enxebre. Y no se trata de que cuatro radicales se hayan inventado semejante historia y anden buscando piso en Waterloo por si tienen que salir huyendo. ¡Qué va! Los habitantes de la fronteriza localidad zamorana lo han votado en referéndum y ha ganado la secesión de manera abrumadora: 202 síes; 19 noes y seis votos en blanco. Por cierto, muy listos deben de ser, pues no hubo ni un solo sufragio nulo. El enfado con la metrópoli es producto de una promesa incumplida; el gobierno regional les prometió una carretera hace seis años y todavía no se ha puesto la primera piedra, ni, por supuesto, hay fecha para su colocación. Tan larga espera ha indignado a los portexos –el gentilicio ya es bastante galaico, non si?– y ha engendrado la secesión. A ver qué pasa, pero que sepan que aquí la cosa de las estradas, así se llama a las carreteras, tampoco va muy rápida que digamos.

El procés de Zamora

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