Francisco Vázquez, alcalde intemporal

La Coruña es la Torre de Hércules, el tómbolo original, la Pescadería, el Ensanche, la Ciudad Jardín y otros territorios incorporados.
También es el nácar de sus amaneceres cuando se eleva a pulso sobre la bahía y enciende las ventanas de las capas o cuando, desde Monte San Pedro, exprime violetas sobre las playas Riazor y Orzán en ocaso de película con efectos especiales. Así mismo dilema a resolver de entrar de noche desde Los Castros o en el cielo de día.
Luz de libertades que quiere salir a lo infinito o alma del mundo que quiere atracar en los muelles. Pero hoy su relevancia viene condicionada porque su alcalde eterno Francisco Vázquez pronunciará en el Sporting Club Casino, a las veinte horas, una conferencia rememorando vivencias herculinas.
Nuestro embajador ha sabido convertir su vanidad en virtud al establecer sus metas muy lejanas como en el pasaje inicial de “Carmina Burana” de Carl Orff, “Fortuna imperatrix mundi”. ¿Rememoramos algunos logros en la inoperancia actual? Paseo Marítimo, Coliseo, Alvedro, tranvía, ascensor Monte San Pedro, proyecto Puerto Exterior, Palacio de la Ópera, Orquesta Sinfónica de Galicia, Universidad, remodelación Rosalía, Casa de las Ciencias, La Domus, Acuario Finisterre, Parque Europa, bibliotecas, accesos y campos deportivos de La Torre y un largo etcétera que se nos escapa del inventario al fallar las neuronas. Nuestro Paquiño, como lo invoca familiarmente el vecindario, es socialista; yo, tampoco. Pero eso no quiere decir que al enarbolar la bandera de España todos corramos detrás.
Como cuando los dioses nacían en Extremadura pues las mayorías absolutas que alcanzaba demuestran que lo votaban izquierdas y derechas.. Si quieren, salvando la distancia abismal que los separa, Francisco Vázquez es el Nadal coruñés que acaba de conquistar su décima Roland Garros. ¿Nuestro patrionímico se escribe con “ele”?

Francisco Vázquez, alcalde intemporal

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