En Marea se lía con las compañías

Fraga combinaba su amor por la caza con el que sentía por la protección de ciertas especies. No, no es que después de abatir un corzo le entrase una llorera tremenda y decidiese hacerse socio de Adena, sino que diferenciaba entre su pasión cinegética y la que sentía por Galicia, en cuyo progreso estaba empeñado. Eso lo sabe bien Pancho Casal, por entonces productor de cine a tiempo completo, a quien don Manuel dio amparo bajo su manto protector para que Continental, su empresa, fuese una pieza básica del pujante sector audiovisual gallego. ¡Menuda riada de millones recibió durante años! Pero los tiempos cambian y Casal es ahora parlamentario de En Marea, que, como el mecenas del cineasta se mueve entre dos pasiones de cara a las elecciones del 10 de noviembre. Por un lado, sueña con integrarse en la “plataforma plurinacional” que encabezará Errejón y, por otro, con formar parte de una “plataforma de partidos que tengan su soberanía en Galicia”. Tan complicado es ese remexido ideológico que la bloqueira Olalla Rodil le ha dicho: “Lo primero que tiene que hacer En Marea es aclararse”. Tiene toda la razón pese a que la rotundidad con la que lo ha dicho sea muy poco axeitada a una nacionalista de la nazón de Breogán y más propia de una castellana de Castilla.

En Marea se lía con las compañías

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