Recibos de la luz

Los costes energéticos están disparados y no hay organismo que los controle y los ponga en el lugar que les corresponde. Solo el recibo de la luz marca registros históricos en sus precios escandalosos del coste de la energía eléctrica y cada vez se usa más el recurso del idioma para justificar su costo. Pero esto todo si no hay documento que indique de forma fehaciente el valor real de la tarifa energética, todo son falacias para disfrazar el enorme poder acumulado por las empresas macro-monopolios que supeditan sus precios a números generosos para sus accionistas y consejos de administración, con grandes repartos de salarios y dividendos por acciones en perjuicio del abonado, que está enganchado a un contador que parece el marcapasos de su vida cotidiana.
La pobreza energética está alcanzando cada día a un mayor número de familias que no pueden pagar el abusivo costo de la energía eléctrica. En Galicia en su conjunto no se sabe de momento cuántas personas tienen problemas para pagar el dichoso recibo, pero en La Coruña existe una horquilla que oscila entre los 300 y 500 hogares que afrontan sus pagos gracias a las ayudas que perciben a través de la organizaciones no gubernamentales, mientras el Estado y el resto de las administraciones, municipal, provincial y autonómica, miran para otro lado.
El problema actual del país está centrado en el tema catalán, como si el resto de los españoles no tuviesen graves problemas de supervivencia, que los hay, y muchos, en sus distintas vertientes y variedades. El asunto catalán necesita una solución a largo plazo por medio de medidas políticas y jurídicas, pero los ciudadanos necesitan soluciones urgentes para salir de su embrollo diario. Cada cual sabe cómo le va su vida diaria y las soluciones que le deben llegar no llegan, ni tampoco se atisba la solución de los problemas cotidianos. Es como si los políticos estuviesen jugando una liga de tercera división y el resto de los ciudadanos, la de las estrellas, porque la mayoría se estrella con la cantidad de problemas y agobios que soportan diariamente.
Así las cosas, todo el mundo sabe, pero nadie contesta y soluciona el galimatías eléctrico de porqué él ciudadanos tiene que pagar unas gabelas que están metidas en el recibo de la luz, si nada tienen que ver con el consumo ni tampoco con el consumidor. Son ventajas dadas por el gobernante a las eléctricas y estas hacen uso de dicho privilegio. El consumo representa el 32% del recibo que se paga actualmente y el IVA es el 21%, es decir, en un servicio de primera necesidad, se paga el impuesto más elevado y hay otros productos, que ni los menciono por no herir sentimientos, que tienen el 4% y no son de primera necesidad. En definitiva, que un ciudadano que paga 100 euros por su recibo de la luz, debería pagar casi 42 euros, solo por el consumo. Lo demás son mimbres que están ahí y repercutidos de forma intencionada al consumidor previo acuerdo entre el Gobierno y eléctricas. El tema da mucho que hablar y la solución a este problema está en manos de los ciudadanos si hacen valer sus derechos de forma conjunta.

Recibos de la luz

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