Quedan dos días para la gran fiesta familiar del año, Nochebuena y Navidad. Y además cuando hoy abramos el periódico el bombo de la lotería estará girando con el soniquete de los niños de fondo. Mientras muchos esperan ilusionados que el azar pueda cambiar su vida, lo más seguro es que la suerte pase de largo. Son pocos por probabilidad los afortunados y nos agarraremos como siempre a lo más importante, la salud, y más en estos momentos en que enfermar es un lujo prohibitivo.
Vamos, pues, a enfrentarnos a la Nochebuena con sus luces y sombras: la obligación de celebrar, los encuentros forzados, la alegría contenida y al final la coletilla “esto se hace por los niños” que viven ajenos a tantos condicionamientos y con su imaginación son felices con cualquier cosa.
Pero este año ¿qué pasa con el belén? Parafraseando a Orwell hay tremenda rebelión, ya que tampoco se escapa a la crisis. El Papa decide suprimir la mula y el buey. Es cierto que mucho no pintaban allí. Ambos son animales de carga, pero no de reproducción ni de compañía.
Por tanto el Papa ha hecho bien en suprimirlos del Belén por obsoletos. Para dar calorcito ya tenemos a las eléctricas, que a la hora de pagar nos dan más de un sofoco. Claro que otros personajes también tienen muchas dificultades y poco trabajo. Sus puestos van camino de amortizarse con la aplicación de un ERE en cualquier momento. Los padres tienen un serio problema con la crisis de la construcción. Ya no hay salario fijo para el carpintero José y aprovecha estas fechas para sacar unos eurillos en contratos a tiempo parcial. Mientras el Niño se queda con los abuelos a los que aún les queda una mínima pensión para subsistir, pese al copago de medicamentos. De hecho han decidido prescindir de la inyección para la osteoporosis ¡carísima! para poder comprar unas cartulinas y unos lápices de colores.
Decía Orwell al final de “Rebelión en la granja”: “Todos los animales son iguales pero algunos son más iguales que otros”. Pues eso ocurre con las personas, en las familias y en el belén, cada vez más desiguales. Sean felices y encaren con humor esta etapa navideña.